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Zonas arqueológicas podrán recorrerse virtualmente

Teotihuacan podrá ser recorrido de manera virtual gracias a que la UNAM y el IPN apoyan la divulgación del patrimonio cultural mexicano a través de representaciones en tercera dimensión, 3D. (El Universal)

Teotihuacan podrá ser recorrido de manera virtual gracias a que la UNAM y el IPN apoyan la divulgación del patrimonio cultural mexicano a través de representaciones en tercera dimensión, 3D. (El Universal)

El Universal

Explorar cada rincón de la Pirámide de los nichos en el Tajín, descender metros bajo tierra para conocer la tumba cinco de Suchilquitongo, en Oaxaca, o manipular los objetos de las diversas salas del Castillo de Chapultepec, que de manera presencial está restringido, en breve será posible gracias a la realidad virtual.

A partir de los esfuerzos de profesores y estudiantes de instituciones de educación superior, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la realidad virtual surge como una forma de apoyar la divulgación del patrimonio cultural mexicano, aunque aún no se refleja en las páginas oficiales de las instituciones encargadas de ese legado.

Al igual que los grandes museos del mundo como el Louvre, en Francia, o las pirámides de Egipto, varias zonas arqueológicas de México e inmuebles históricos, como El Tajín, Teotihuacán, Cacaxtla o el Castillo de Chapultepec, contarán con representaciones en tercera dimensión (3D).

“Pudimos haber empezado antes, como lo hicieron en Europa o Estados Unidos, pero aún no estamos fuera de tiempo”, afirma Roberto Pliego, catedrático de la UNAM y responsable del proyecto para reconstruir virtualmente la zona arqueológica de Teotihuacán.

Cuauhtémoc Senties, adscrito al Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes, acota que esta institución comenzó a trabajar en realidad virtual desde 1998; sin embargo, no había experiencia en este campo en México, aunque se logró concretar en tres años un proyecto dirigido a la zona de Monte Albán.

A pesar de llegar con algunos años de retraso, en comparación de algunos otros países, varios de estos proyectos superarán en recursos tecnológicos a las representaciones

3D de los museos más famosos del mundo.

“Mientras en el Museo de Louvre, el recorrido virtual sólo te ofrece una panorámica de 360 grados de una sala, en el que construimos en el Castillo de Chapultepec, el internauta podrá manipular los diferentes objetos que están en cada una de las salas”, comentó Lourdes Tovar Islas, estudiante del IPN y una de las creadoras del recorrido virtual por el inmueble.

En el proyecto de Teotihuacán, Roberto Pliego explica que el internauta podrá experimentar la sensación de caminar por diversos sitios dentro de la zona arqueológica y mirar a diferentes lugares.

A su vez, en el recorrido virtual por la zona del Tajín, detalla Adrián Solano, creador del proyecto 3D, el visitante será acompañado por un avatar que le mostrará la Pirámide de los Nichos y sus alrededores.

De la guerra al patrimonio

Concebidas inicialmente para usos militares, las técnicas de digitalización y animación, no sólo recrean sitios arqueológicos como los pueden ver los turistas, sino que son capaces de reconstruir zonas desaparecidas e incluso revivir personajes históricos.

De acuerdo con especialistas en 3D, esta tecnología tiene cinco objetivos principales: recuperar y conservar el patrimonio de la humanidad; acercar a los estudiosos a reconstruir de una manera más sencilla el pasado; promover un lugar determinado; convertirse en un material didáctico para estudiantes, y crear un universo para transportar a la gente a sitios y épocas distintas.

A partir de finales de los años 80 las experiencias en 3D se multiplican en el mundo para dar a conocer el patrimonio cultural de la humanidad: desde las pirámides egipcias hasta los antiguos poblados de los indios de Ohio, son innumerables los sitios que han sido objeto de reproducciones en tres dimensiones, presentadas en películas, internet o CD interactivos.

Aún cuando la tecnología y el apoyo de arqueólogos, arquitectos e historiadores vuelven más verídicas las representaciones virtuales en zonas o sitios culturales, el alto costo de los equipos vuelve en algunos casos inaccesible esta herramienta de divulgación, dado que reconstruir una sola sala de pequeñas dimensiones podría tener un costo superior a los 300 mil pesos.

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