De la vida misma
Este, que está por nacer, debe ser su año.
El de su despegue.
El del cambio para mejorar muchas cosas del pasado.
En el que encontrará todo lo que ha andado buscando.
En el que por fin, la famosa suerte esté de su lado.
Pero todo debe comenzar en usted mismo.
Porque para empezar, debe tener otra actitud para enfrentar la vida.
Poner su parte para que todo vaya cambiando para bien paulatinamente.
Primero, deje la desidia y la flojera a un lado.
Sea más puntual con sus compromisos. Nada de llegar tarde a ninguna parte.
Ordene su vida en prioridades, dándole mayor importancia a lo que la tiene.
Fortalezca su carácter tomando decisiones firmes y bien pensadas.
Hay que poner los pies en la tierra y no esperar más de lo que se puede lograr.
Atienda lo más importante, que son sus seres queridos, después a los demás.
Los buenos modos utilícelos siempre, le ayudarán a mostrar su seguridad y su temple.
Todas las mañanas levanta su mirada al cielo antes de buscar cucarachas en el suelo.
En cada amanecer, una oración de gratitud le servirá de impulso en lo que hará después.
Y en cada anochecer, una nueva oración le servirá para estar en paz consigo mismo y hacer todo mejor al día siguiente.
Y siempre recuerde el mensaje que El Señor le dejó: Ayúdate, que yo te ayudaré.