Guillermina Madrid Galavís, coordinadora delegacional de Enfermería en Atención Médica.
Guillermina Madrid Galaviz
Licenciada en Enfermería
Se ha desempeñado en:
Hospital No. 1 de la ciudad de Durango
Hospital de El Salto
Coordinación Delegacional de Enfermería en Atención Médica (actual)
Durango. Con 23 años como enfermera, Guillermina Madrid Galaviz valora la oportunidad que ha tenido de ayudar a mucha gente al tener los nervios de “acero” para no decaer en situaciones delicadas, pero también con la suficiente sensibilidad para dar aliento a pacientes y familiares.
Son muchas las vivencias que tiene una enfermera, nunca deja de sorprenderse, mencionó Guillermina previo a la fiesta que el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Sindicato organizaron ayer para festejar esta noble profesión.
Ayer recibieron premios económicos 71 enfermeras del IMSS de todo el estado, en reconocimiento a su labor, los cuales fueron entregados en eventos distintos, 26 en Durango capital y 20 en la ciudad de Gómez Palacio, además de que se galardonaron 25 elementos de IMSS Oportunidades.
¿Cuáles son sus inicios en esta profesión?
Durante cinco años estuve cubriendo vacaciones e incapacidades de algunos compañeros hasta que me quedé a trabajar de planta en el Hospital Uno de esta ciudad, para después hacer un año de especialidad quirúrgica en la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED).
Esto me llevó a trabajar en la ciudad de El Salto, Pueblo Nuevo, cuando el quirófano empezó operaciones ante la fuerte demanda de este servicio.
De ahí me especialice durante un año como clínica administrativa, lo que me llevó a desempeñarme como jefa de piso.
¿Por qué elegir este trabajo?
Yo creo que para ser enfermera se requiere de vocación, pues para desempeñar este trabajo no sólo hay que cumplir con los deberes, sino que hay que saber servir al prójimo, poder lidiar, pero también ayudar a mitigar el constante sufrimiento de las personas.
Me llamó la atención desde un principio ayudar a la gente y yo creo que si ésta no hubiera sido mi vocación no habría llegado ya a los 23 años de trabajo.
¿Qué tan difícil es ser enfermera?
Cuando se trabaja cerca de los pacientes se vive con un constante nudo en la garganta, pero hay que mostrar fortaleza porque estamos para ayudar a la gente, de tal manera que no podemos flaquear y transmitirles debilidad o inseguridad.
Más allá de poner suero, inyecciones y hacer curaciones, una enfermera puede dar palabras de ánimo y no sólo para sus pacientes, sino también para los familiares que cuando hay la enfermedad entran en tristes momentos de depresión.
¿Qué le han dejado más de 20 años de servicio?
La satisfacción de ayudar y la oportunidad de una constante preparación que me ha permitido también crecer como persona.
