BANDERAZO DE SALIDA.- Incansables amigos míos que viajan por recónditos lugares del mundo me envían sus últimas impresiones. Esta vez son de Casablanca, en el Norte de África, y las reproduzco en forma textual:... “Estamos en el interior de una pequeña cueva, con la consabida oscuridad, murciélagos y serpientes disecadas... Al fondo, un brasero de barro despide humo de diferentes olores y colores. El espacio es reducido, pero lo llenan mujeres, en su mayoría turistas norteamericanas, italianas y francesas. Es la cueva de la famosa bruja africana Knishe, que espera pacientemente a que se llene el salón para dar comienzo a sus trabajos.... Arroja algo al fuego y todos callan. Un intérprete explica en francés y en inglés que Knishe sabe que todos están allí para hablar de amor, que la bruja respeta a todos, y que espera que la respeten a ella.
CURVA PELIGROSA.- Y alza la voz al decir que todo lo que se pida y se diga, allí quedará, y que ni una sola palabra saldrá al exterior. Que aquello es un pacto sagrado entre todos los que están allí. Luego dice que todos abran sus corazones, se relajen, se tomen de las manos y dejen que sus bocas se abran y digan lo que hay en el fondo de sus almas, sus deseos y angustias. La voz de Knishe es rasposa y el intérprete traduce: “Hablen, por favor”... Sólo hay murmullos, y nadie sabe qué hacer, hasta que una mujer escandinava habla. Es alta, rubia, bastante obesa, y con un rostro de querubín. Habla de un amor imposible. El intérprete se lo explica a Knishe en un dialecto extraño, y al fin ésta aconseja a la escandinava por medio del intérprete: “Queme juntos recortes de las uñas de usted y de su novio, en un espacio abierto, de noche y con luna, y camine desnuda repitiendo el nombre del hombre que le interesa. Él responderá”.
RECTA FINAL.- Todas las mujeres en el interior de la cueva hacen anotaciones en hojas sueltas y en libretas, pero pocas se animan a hablar. Al fin, una inglesa menudita lo hace, pero se acerca y en un murmullo le dice al intérprete su problema, y éste lo consulta con Knishe, quien habla en voz alta pero nadie le entiende. La inglesa se acerca al intérprete porque no quiere que su problema sea conocido por las demás... Knishe habla entonces a todas las mujeres por medio de su intérprete: “Si quieren ustedes que las llame el hombre que les interesa, es preciso rodearse de buenas amigas, apagar la luz del cuarto, encender velas, y contemplando la llama concentrarse en el nombre de la persona invocada. Con sus amigas, haga un círculo completo y la persona que invoque debe mantenerse al centro. El hombre que les interesa llamará”.
META.- No se permite fumar en la cueva, pero los pebeteros dejan escapar un humo espeso. Quienes están en la cueva están sudando. El ambiente se hace pesado, y por el olor que comienza a predominar parece que en lugar de incienso se quema droga. Todas dicen que sienten la cabeza pesada... Knishe es la bruja más famosa de Casablanca, y muchas turistas van a esa región de África sólo para consultarla. Hay otras brujas y sacerdotisas, pero ninguna tan eficaz como ella. Cuando la sesión termina, el intérprete se mueve rápidamente vendiendo amuletos, pociones mágicas, objetos de marfil y de cuero con poderes especiales. Knishe es uno de los principales atractivos turísticos que atraen más gente al Norte de África, y el gobierno lo sabe y la protege... Antes de salir de la cueva, el diligente ayudante de la bruja de Casablanca vigila que cada persona no se vaya sin pagar los diez dólares de la sesión. Afuera de la cueva, nuevos clientes esperan.