Banderazo De Salida.- Cuando uno ve por primera vez a Alexis Black, enseguida se pregunta en qué película actuó... Alexis es alto, de piel bronceada, con un bigote bien recortado y lo que las mujeres suelen llamar un hombre realmente guapo. Si añade usted a eso que habla cuatro idiomas, que viste con elegancia y que tiene una sonrisa encantadora, sabrá que Alexis es un hombre privilegiado... Las mujeres voltean la cabeza para verlo cuando se cruzan con él, y los hombres lo envidian, aunque pocos saben que Alexis Black es el último playboy que queda sobre la tierra desde que murió Porfirio Ruborosa, el maestro de maestros... Y curiosamente, nadie sabría nada de este hombre si no fuera porque el periodista Richard Sigmour lo presentó en las páginas de "Vogue", la revista por excelencia de las mujeres más elegantes y bellas del mundo.
CURVA PELIGROSA.- Sigmour dice que conoció a Alexis cuando fue de vacaciones a Palm Beach. Sin saber nada uno del otro hicieron amistad en el bar del hotel, y cuando Alexis le contó algunas cosas de su vida, Sigmour se interesó en conocer todas sus aventuras... Por supuesto, lo primero que notó el periodista fue la elegante sencillez con que vestía Alexis, lo simpático y amable que era con todos, la forma insistente en que lo miraban las mujeres. Era como una estrella rutilante en un mundo de estrellitas pálidas. A Alexis parecía divertirle aquello, y besaba la mano a las damas de edad, y miraba de manera especial a las jóvenes, que parecían a punto de desmayarse de emoción... Según relata Sigmour en su artículo, Alexis es un estuche de perfecciones: baila rumba como un cubano, juega póker con inteligencia y maestría, y sabe tanto de automóviles caros como de vinos finos.
RECTA FINAL.- Alexis estaba de paseo en Palm Beach invitado por una admiradora, pero reside generalmente en París. Su historia de conquistas femeninas es interminable, comenzando con una bailarina de ballet, una princesita sueca, una condesa rusa, una artista de cine y una millonaria inglesa... Según Sigmour "Alexis es como el príncipe encantado que buscan todas las mujeres, y el hombre que gustaría ser a la mayoría de los hombres"... En París vive en una suite del hotel Ritz, que él no paga, conduce un Mercedes convertible, y su vida social transcurre entre la Ciudad Lux, Londres, la Costa Azul y los mejores sitios de Los Alpes Suizos. Nunca anda solo y siempre trae del brazo a una beldad, aunque no sea famosa, pero sí rica... Y como todos los playboys que ha habido hasta hoy, Alexis ha perdido grandes sumas de dinero en los casinos de Montecarlo y St. Tropez, pero siempre hay una admiradora, y casualmente muy rica, que lo salva de la quiebra. Como se ve, Alexis tiene bien puesta la etiqueta de playboy.
META.- En las confesiones que hizo al periodista de "Vogue", Alexis revela que al principio era todo lo contrario de Porfirio Ruborosa. No tomaba licor excepto dos o tres copas de champaña, conducía un automóvil no muy costoso a una velocidad moderada, y odiaba a los caballos, por lo que nunca jugó polo... Su debilidad eran las mujeres bellas y hermosas, aunque no tuvieran dinero, y él muchas veces pasó apuros para pagar una buena cena... Pero dice que un día analizó su situación y decidió cambiar. Sin pretensiones, sabía que era guapo, que tenía educación y que era listo para aprender buenos modales, y se volvió frívolo y un poco cínico... Hijo de una francesa y de un inglés, encontró que a las mujeres, jóvenes o viejas, guapas o feas, les gusta pagar para exhibirse junto a un hombre guapo. Es cuestión de presunción y vanidad femenina. Y Alexis Black cobra bien por los servicios que presta a esas damas solitarias tan necesitadas de compañía y atenciones.