Banderazo De Salida Laura Cooper Rendina escribió ocho libros dedicados a la juventud... Antes de morir, cuando tenía 73 años de edad, delgada, jovial, incansable, vivía sola en una solitaria mansión de Siesta Key, un islote cercano a Sarasota, Florida... La conocí unos años antes, y nuestro encuentro fue casual. Yo no supe en ese momento que fuera una escritora famosa, y creí que se trataba sólo de una de esas personas de edad que se ofrecen como voluntarias en clubes sociales, hospitales y escuelas para ayudar a gente de otros países que no hablaban bien inglés... Ella dominaba muy bien el español, y me dijo que lo había aprendido gracias a su esposo, que era italiano. Ya entonces era viuda, pero su marido le había dejado varios de los cuadros que pintó, no muy buenos, y una considerable suma de dinero. El esposo de Laura Cooper Rendina provenía de una vieja y aristócrata familia italiana, dueña de castillos, viñedos y otros negocios.
CURVA PELIGROSA
Laura vivía sola en su inmensa mansión desde cuyas ventanas se veían las aguas tranquilas del Golfo de México. Vivía acompañada de dos gatos; y una mujer iba todos los días a limpiar y a preparar la comida... A Laura le gustaba nadar cada mañana en el mar, frente a su casa, y decía que no conocía otro ejercicio mejor para mantenerse en forma a su edad... Pocos días después que la conocí supe quién era porque un periódico local publicó un artículo sobre ella, y en él se hablaba de sus libros y de algunos premios literarios que había obtenido. Yo quedé muy impresionado porque ella nunca mencionó hasta entonces nada de aquello, y más bien se interesaba en la vida de los demás, y en sus problemas, para ayudarlos... Cuando volví a verla y le hablé de lo maravillado que estaba de su vida y de su obra, sonrió indulgente y me invitó a visitarla.
RECTA FINAL Su casa era grande, de madera, de dos plantas, y estaba al final de un camino bordeado de árboles y una tupida vegetación. El día había estado lluvioso y me costó orientarme en aquella jungla, pero cuando llegué ya había dejado de llover. Ella me esperaba y había preparado chocolate frío y un pastel de coco... Nos sentamos en la terraza que daba al mar, y desde allí podíamos ver un pedazo de las aguas azules y algunas palmeras azotadas ligeramente por el viento. Sus dos gatos jugueteaban en un rincón del jardín, escarbando entre el pasto recién mojado... Laura Cooper Rendina me obsequió dos de sus libros. Me recomendó en especial uno de ellos titulado "En el Mundo de Ellos", dedicado a sus dos hijos que vivían en Boston con sus familias y que sólo la visitaban en Navidad... La historia del libro, me dijo, se desarrolla en una plantación de tabaco a la que van estudiantes en vacaciones a trabajar y a ganar algún dinero para poder seguir estudiando. Laura me reveló que uno de sus hijos había estado allí, y que en esas experiencias había basado la historia de su libro.
META.- La anciana escritora había enviudado doce años atrás, y había decidido radicar en Florida porque le gustaba. Le encantó Sarasota y cuando alguien le dijo que había una casa en venta muy buena y barata en Siesta Key no titubeó y la compró. La casa era fantástica y sus hijos estaban encantados con ella, pero tuvieron que irse a trabajar a Boston porque habían encontrado allá buenas oportunidades. A Laura no le gustaba Boston porque le resultaba muy frío, y además le encantaba esta región de Florida. Decidió entonces quedarse a vivir definitivamente en Siesta Key con sus dos gatos, y matar su soledad escribiendo los libros cuyos proyectos venía alimentando hacía tiempo. Sus libros se publicaron y se vendían bien, aunque ella no tenía necesidad de más dinero... A los 73 años de edad, Laura Cooper Rendina me pareció una mujer triunfadora, una mujer de temple y de gran voluntad, y ahora, no sé por qué, la he recordado.