Durante muchos años, cientos de escaladores han pretendido subir a la cumbre más alta sobre la tierra que es el Monte Everest. Como máximo reto dentro del alpinismo, los escaladores llevan años de preparación para lograr llegar a la cumbre, más sin embargo no todos lo logran y muchos han perdido la vida en el intento.
En el andar de esta vida vivimos retos similares de acuerdo a lo que queremos lograr, pero muchas veces nuestros sueños u objetivos no se llegan a dar debido a múltiples circunstancias, pero sobre todo a errores en la planeación. Volviendo al Monte Everest; los escaladores durante muchos años han diseñado estrategias para poder ascender al monte, y sobre todo planificando el camino que puede llevarlos a la cumbre.
Actualmente cuando interrogo a algún joven o jovencita sobre lo que estudian normalmente me contestan el año que van cursando, pero si les pregunto sobre lo que van a hacer o estudiar en profesional, la mayoría no sabe qué responder y terminan con el consabido ¡no sé! Esto es triste pero es una realidad.
Muchos padres de familia desean que sus hijos hagan algo en la vida o estudien una carrera profesional para que tengan más oportunidades de triunfar en la vida, mas sin embargo en muchos de los casos no existe un plan de vida que pueda llevar a feliz término este propósito. Y esto se convierte en un fracaso.
La clave del éxito para poder subir una humilde lomita o llegar a la cumbre del Everest es la misma; ¡saber a dónde vamos! Y queridos lectores muchas veces no sabemos a dónde nos dirigimos. La madurez en la vida es el resultado de un aprendizaje sustentado en aciertos y errores cometidos durante nuestro andar, pero que indiscutiblemente nos dejan una enseñanza que nos ayuda a rectificar el camino.
Si deseamos alcanzar el éxito en cualquier actividad de esta vida, debemos de tener primero; un ideal u objetivo o meta definida, es decir saber a dónde vamos o a dónde queremos llegar. Segundo; trazar un plan para lograr nuestro objetivo (puedes hacerlo en algún papel para definir cómo lo vas a hacer). Tercero; caminar en la dirección correcta, es decir no desviarnos de nuestro objetivo a alcanzar. Cuarto; perseverar para lograrlo (no importa el tiempo que te lleve hacerlo).
Es muy importante ayudar a nuestros hijos o nietos a planificar su propia vida platícales de tus experiencias para evitar en lo posible que ellos comentan los mismos errores que tú cometiste ¡ellos te lo agradecerán algún día!
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