EL “JULI”
Julián López Escobar “Juli” nace en Madrid el tres de octubre de 1982. Pasa su niñez en el madrileño barrio de San Blas hasta la edad de 10 años. Posteriormente su familia se muda a la localidad de Velilla de San Antonio. Desde 1999 fija su residencia en la finca “Feligrés” situada en Arganda del Rey (Madrid).
Es el menor de tres hermanos. Tiene antecedentes taurinos por parte de su padre que fue novillero y posteriormente banderillero. Tras dar un capotazo a una becerra en la fiesta campera de su primera comunión, pide como regalo a sus padres que lo ingresen en la Escuela de Tauromaquia de Madrid.
Da muerte a su primer becerro a la edad de 10 años en el pueblo toledano de Villamuelas, de donde es originaria su madre Manuela Escobar de López.
Tras varios años como becerrista, decide debutar con picadores. Al no poder realizarlo en España, por motivos de la edad, decide viajar a México, donde hace su debut como novillero el 16 de marzo de 1997 en Texcoco durante los festejos de la Feria Texcocana. El cartel fue una corrida mixta en la que alternó con el rejoneador Antonino López y los matadores Antonio Urrutia y Humberto Flores lidiando un encierro de Santa Rosa de Lima. Se reportó que la entrada fue regular y Julián López Escobar “Juli” dio vuelta al ruedo en su primero, triunfando en su segundo al cortarle las dos orejas a su enemigo.
Debemos de mencionar que el Reglamento Taurino Español permite debutar en novilladas con picadores hasta cumplir los 16 años de edad.
En México como novillero actúa en 77 novilladas, cortando 133 orejas y 11 rabos, llena todas las plaza en donde actúa, torea en un solo día tres novilladas e indulta cinco novillos, destacando el logrado a “Feligrés” de La Venta del Refugio el tres de agosto de 1997 en la Monumental de México.
En el Coso de Insurgentes (Plaza México) es donde consiguió sus más sonados triunfos, actuando en siete novilladas, saliendo cuatro veces en hombros.
Después de una fugaz aparición en España (donde debutó en Villamuelas el 27 de abril de aquel año), regresó definitivamente en 1998 para presentarse en todas las plazas europeas. Se le considera como un novillero completo en todos los sentidos. Lleva más de 30 quites y suertes bajo el brazo y une el mejor toreo con el valor más sereno. Su punto más irregular es la espada aunque, curiosamente, después se convertiría en uno de los mejores intérpretes de la suerte suprema.
Con estas armas triunfa en todas las ferias, convirtiéndose en el novillero con más expectación de las últimas décadas... (Continuará).