A los Toros
El tercio de banderillas es uno de los momentos más espectaculares y gustados en los festejos taurinos, y se produce una vez que los picadores han abandonado el ruedo.
El origen de las banderillas, "rehiletes", "garapullos" o "avivadores", parece estar en los arpones o arponcillos que, unas veces los espectadores y otras los toreros, lanzaban sobre el animal, con el único fin de enfurecerlo y excitarlo, y se cree que fue a principios del siglo XVII cuando estos arpones se adornaron y eran clavados sin ser arrojados.
Así como el primer tercio tiene por propósito el castigo y quebranto del toro, el segundo tercio o de banderillas está encaminado en reanimarle, excitándole sin restarle fuerza. El dolor que les causa el arponcillo les aviva y les reanima.
Los escritos de antaño relatan que a principios del siglo antepasado se clavaban banderillas una por una, al igual que el picador permanecía durante toda la lidia hasta la muerte del toro en el ruedo. Con el paso del tiempo se modificaron ambas cuestiones y hoy, sabido es, se clavan por pares las banderillas.
El cometido de cubrir el segundo tercio está destinado a los subalternos (a los que también se denominan banderilleros), aunque en ocasiones es el propio matador el que realiza la suerte.
El reglamento habla de tres pares de banderillas lo obligatorio, y cuando sea el matador el que los pondrá, podría ampliarse el número previa autorización de la autoridad (juez de Plaza en México o presidente en la madre patria).
La colocación en el ruedo de los espadas alternantes deberá ser así: El espada de mayor antigüedad de alternativa se colocará a espaldas del banderillero y el que le siga en antigüedad detrás del toro. El espada en turno estará en la barrera para recoger los avíos de matar. Dos peones auxiliarán al banderillero en turno. Las banderillas son de madera adornadas con papel o tela. El largo del palo debe ser de 68 centímetros como máximo. En uno de sus extremos se coloca el rejoncillo de hierro en forma de arpón, que tiene 14 centímetros de longitud, de los cuales ocho entran en la extremidad del palo y seis quedarán para ser clavados en la res. El reglamento taurino menciona que todo animal que se inutilice después de cambiado este tercio, ya no podrá ser substituido.
Hay varias maneras de banderillar, las principales son:
AL CUARTEO: Es la modalidad más frecuente. El toro se sitúa sobre la raya de picadores y el torero frente a él. Cuando el toro se arranca, el diestro saldrá hacia él describiendo un semicírculo hasta que se produce la reunión, momento en que se debe clavar el par de banderillas en el morrillo del toro.
AL QUIEBRO: El diestro se sitúa frente al toro (en las tablas o en los medios), provocada la arrancada del animal lo espera con los pies juntos. Momentos antes del encuentro sacará el pie e inclinará el cuerpo hacia el lado que quiere que pase el astado, y justo cuando éste humille, recuperará su posición original y clavará los palitroques.
DE FRENTE: Es una variante del cuarteo, en la que se va de frente al toro y recorriendo el mínimo espacio.
AL SESGO: Otra variante de cuarteo. La reunión se produce en los medios, el torero clava y sale sin cuartear. Esta suerte se practica a toro parado.
DE DENTRO HACIA FUERA: El torero clava desde adentro, es decir, pasando entre el toro y tablas. Es bastante arriesgado.