El pasado cinco de mayo dejó de existir en la población de Chacala, estado de Nayarit, el matador de toros retirado, cantante y actor Manuel Capetillo Villaseñor a la edad de 83 años. "El Mejor Muletero del Mundo" (como lo bautizó don Alfonso de Icaza, director del semanario El Redondel, gran conocedor de la fiesta brava, aunque excesivamente nacionalista, el día 17 de febrero de 1957, en que triunfa grandemente en la despedida de Fermín Rivera con un ejemplar de Torrecilla y también alterna con el hispano "Chamaco")
Manuel Capetillo nació en Ixtlahuacan, una población cercana a Guadalajara un 15 de abril de 1926.
En noviembre de 1947, terminada apenas una racha sangrienta por los ruedos del mundo taurino que arrastró a "Manolete" en España, "Carnicerito" en Portugal y "Joselillo" en México, se programó un festejo novilleril en la Plaza El Progreso de Guadalajara, un mano a mano entre Fernando López y el novillero tapatío Luis Solano para lidiar un encierro de la ganadería de Lucas González Rubio. En el quinto novillo, Fernando cede su turno en el quite a un muchacho con referencias taurinas casi nulas, que había sido incluido como sobresaliente gracias a las recomendaciones de unos familiares suyos al empresario Ignacio García Aceves. Se llama MANUEL CAPETILLO. Salta al ruedo anticipándose casi al gesto que hace Fernando López. Se hecha el capote a la espalda y realiza un sensacional quite por "gaoneras", arrastrando lentamente el capote por la arena.
El público tapatío exige que le permitan a Capetillo interpretar otro quite en el último de la tarde. Usa iguales procedimientos pero ahora suelta además una punta del capote para tomarla con la otra mano, es decir por "fregolinas". El escándalo alcanza tales proporciones, que como caso insólito en la historia taurina, un sobresaliente sale en hombros.
Naturalmente, lo incluyen en el cartel del siguiente domingo. Se inicia de esta manera una meteórica carrera novilleril en la que, como ha sucedido muy raras veces en la historia taurina de nuestro país, "Capeto" llega a ser figura del escalafón antes de torear en México.
En el verano de 1948 se convierte en uno de "Los Tres Mosqueteros" junto a Chucho Córdoba, Rafael Rodrigues.
En un principio de su carrera el toreo de capa de Manuel Capetillo entusiasmaba más que con la muleta, pero una vez que se doctoró de manos del "Soldado", se convirtió gradualmente en un especialista de la muleta, sobre todo del toreo por abajo. Don Alfonso de Icaza afirma que le ha añadido una cuarta dimensión a sus muletazos por lo largo y templados que le resultan.
Manuel Capetillo era excesivamente alto, con casi 1.90 metros de estatura. Largo de brazos y piernas, facultades físicas que le permitían torear con desahogo e imprimía una gran largueza a sus lances con la muleta.
Algunos cronistas taurinos de esa época opinaban que "Capeto" careció de una suficiente base técnica para poder con los toros. Sin embargo a su alrededor hubo apasionamientos sin límites. Algunos opinaron que tuvo una gran hondura y que en algunas de sus grandes faenas se lograban apreciar pases aislados de increíble calidad, a los cuales siempre faltaban los remates adecuados. Era desgarbado y como intentaba un exceso de redondos, terminaba abrazándose de los costillares de los bureles o perdiendo terreno. El tapatío tuvo una innegable personalidad. Era un hombre que poseía figura y a veces resultaba simpático.
Manuel Capetillo fue un diestro muy valiente, como lo demuestra el hecho de haber seguido toreando después de las muchas y gravísimas cornadas que recibió. El diestro tapatío decide retirarse el 25 de febrero de 1968. En esta su última corrida se encierra con 6 astados de Valparaíso fracasando con todos ellos, pues tampoco consigue triunfar con el sobrero o reserva.
Por motivos principalmente económicos regresa en 1975, pero puede decirse que es un hombre de 50 años que ya no interesa en lo más mínimo.
