Recientemente nos enteramos que el pasado fin de semana en la Plaza de Toros "El Relicario" de la ciudad de Puebla fue herido de gravedad en un festejo en el que actuó al lado de "Zotoluco" y de Rafael Ortega por un astado de la ganadería de José María Arturo Huerta.
El parte médico fue el siguiente: Herida por asta de toro en la región inguinal derecha penetrante de abdomen y retroperitoneo, la arteria femoral derecha con dos lesiones parciales, arteria ilíaca externa derecha con sección completa, vena femoral derecha con sección completa.
La intervención se inició por la noche del viernes cinco y terminó a las cuatro de la mañana del sábado. La cornada es calificada como el percance más delicado que se haya registrado en los 20 años del coso poblano, y también una de las más severas en los últimos años dentro de la fiesta brava nacional.
Enrique Espinoza Pérez el "Cuate" nació el 19 de febrero de 1976 en Cadereyta, Nuevo León. Aquí en La Laguna ha tenido tardes triunfales como la del 20 de noviembre del 2004 en el coso de la colonia Moderna (Plaza de Toros Torreón) obtuvo la "Oreja de Oro" en una corrida que organizó la Asociación Mexicana de Matadores de Toros, que en ese tiempo era encabezada por el matador Paco González en coordinación con el matador de toros en retiro Arturo Gilio H.
Se lidió un encierro de la ganadería de Cerro Viejo, ubicada en Tepatitlán, Jalisco, y concursaron: Manolo Mejía, Federico Pizarro, Alfredo Ríos el "Conde", Enrique "Cuate" Espinoza, José Daniel Ayala y Alfonso Ramírez "Calesa".
La historia taurina del "Cuate" Espinoza es el relato de cómo la afición a los toros (el gusanillo) puede entrar en el mundo de un infante de la manera más inesperada. Formando parte de la banda que actuaba en el coso taurino de su ciudad natal, fue como por primera vez asistió a un festejo taurino.
En un principio, hacer buen papel dentro de la banda era lo único que le importaba, y tocar bien el solo del paso doble de la Virgen de la Macarena, que tanto le festejaba la gente.
Le llamaba poderosamente su atención el colorido de los ternos de luces y sobre todo el ambiente de la plaza.
La relación entre el "Cuate" y Manolo Martínez fue profunda, hasta el punto de que el entonces novillero fue una de las personas más cercanas al maestro regiomontano en sus últimos dos años de vida. La confianza que depositó Manolo en el "Cuate" fue absoluta, al grado que después de prepararlo ampliamente en su ganadería de Llera, Tamaulipas, lo debutó en la Plaza México lidiando un encierro de su ganadería. El "Cuate" demostró aptitudes y un valor seco, exento de alardes y con pasmosa quietud.
ENRIQUE VÁZQUEZ L.
