Mencionan los cronistas taurinos de antaño que el lance fundamental en el toreo lleva el nombre de "Verónica" por recuerdo de las representaciones pictóricas de la mujer del Evangelio, mostrando el paño con la fas grabada de Cristo.
La Verónica limpió la sangre y el sudor del rostro de Cristo y éste quedó impreso tal cual en el paño. Verónica lo mostró a la multitud para que contemplara el prodigio, sujetándolo con ambas manos. Esa imagen que se venera en la tradición católica sirvió para bautizar el lance fundamental del toreo de capa, nada más y nada menos que la verónica.
Cuando un torero ejecuta una verónica de verdad, la plaza estalla de gozo disfrutando uno de los lances taurinos más bellos.
No sólo se le considera el lance fundamental, sino incluso, lance natural cuando se torea con el capote. De él nace el resto de lances, sin duda el repertorio más variado del toreo. "navarras", "chicuelinas", "quites de frente", "por detrás", "lances de la mariposa", "tapatías", "rogerinas", "largas cordobesas" y "combinadas", componen entre otras, las ricas denominaciones de los lances que nacieron como hijos de la verónica.
Los tratadistas taurinos parecen estar de acuerdo a la hora de asignar la creación de la verónica a Joaquín Rodríguez "Costillares", matador de toros español nacido en el barrio de San Bernardo de Sevilla en 1748.
"Costillares", como todos los de su tiempo comenzó de banderillero, pulió muchas cosas en la Fiesta Brava, e introdujo el "volapié", suerte hoy también fundamental para matar los toros. Pero en especial ha pasado a la historia del toreo como el progenitor de la verónica moderna.
A través de las viejas imágenes fotográficas y el rancio cine de antes, se ha podido comprobar cómo se toreaba a la verónica en aquellos lejanos tiempos : Los brazos altos, pasándose al toro casi a la altura del pecho. Lances descompuestos que actualmente no son del agrado de los aficionados, pero ese era el toreo a la verónica de entonces.
El cambio a la verónica de manos bajas y cadencia en el acompañamiento del viaje del toro se produce con los gitanos "Curro Puya" y "Cagancho". Ellos introducen ese toreo a la verónica de belleza plástica sin par y que todavía no ha sido igualado.
Generalmente los diestros torean a la verónica de frente o perfilado, a dos manos el capote para citar y esperar al toro para despedirle con un suave juego de brazos, procurando echar la pierna de salida hacia delante para recargar la suerte.
Una vez rematados los lances también por lo general con la "media verónica", acción de cerrar el capotillo a la altura de la cintura, tras lo cual se ordenará la salida de los picadores.
Recordaremos algunos de los considerados grandes intérpretes de la verónica : Juan Belmonte, "Curro Puya", "Cagancho", Chucho Solórzano, Antonio Ordóñez, Paco Ortiz, "El Calesero", "Curro Romero", Rafael de Paula, Julio Robles, Jorge Gutiérrez, "Joselito", Enrique Ponce, Morante de la Puebla y... actualmente Ignacio Garibay.
ENRIQUE VAZQUEZ L.