La esposa de un servidor es hija de español, razón por la cual tiene las dos nacionalidades, mexicana y española. En razón de ello, de vez en cuando recibe información, notificaciones y boletas electorales enviadas por la Presidencia de la Junta Electoral Provincial de Málaga. No sabemos de cierto, pero suponemos que le tocó esa circunscripción porque su padre era de por ahí; y sus primos de hecho siguen viviendo en la cuna de Picasso.
(Sí, mi mujer tiene raíces en Al-Andalus, ese pródigo crisol de culturas; aunque a la que a cada rato le sale la sangre andaluza y se pone flamenca, sobre todo desde que entró a la adolescencia, es a mi hija Constanza).
El caso es que hace unas semanas llegó un sobre de la Delegación Provincial de la Oficina del Censo Electoral de la Provincia de Málaga (como que allá no les gusta abreviar los nombres). En él venían los documentos para emitir su voto en las elecciones al Parlamento Europeo 2009, que se llevaron a cabo el domingo pasado. En el caso de los residentes en el extranjero, había que enviar el sufragio por correo (con porte franqueado, hasta eso) antes del 6 de junio para que contara. Conociendo la celeridad del correo mexicano, el voto va a llegar para cuando Turquía sea aceptada como miembro de la Unión Europea; o sea nunca.
El caso es que hay varias cosas que se me ocurre comentarles en torno al paquete que llegó y lo que representa.
Primero lo primero: el Parlamento Europeo es la representación popular de los ciudadanos de los 27 países de la Unión Europea. El número de diputados por país depende de la población del mismo. Su sede es Estrasburgo, ciudad situada en la frontera entre el mundo germánico y el latino: entre 1871 y 1945 cambió cuatro veces de manos. Su función es únicamente consultiva, para mandarle señales tanto al Consejo como a la Comisión Europeas, situadas en Bruselas. Cuando empezó el Parlamento Europeo, hace treinta años, sus números eran manejables, dado que sólo había diez países en la entonces Comunidad Económica Europea. Recuerdo cómo nuestro maestro de Fisicoquímica, holandés él, nos mostraba muy orgulloso la tabla en que se le adjudicaban (creo que) doce diputados a los Países Bajos.
Pero la CEE se convirtió en la Unión Europea, y el número de sus miembros aumentó y aumentó. De manera tal que ahora el Parlamento Europeo tiene 736 escaños. No sé cómo pueda funcionar un cuerpo legislativo (por muy consultivo que sea) con semejante cantidad de gente. Y de todos los colores y sabores, porque ahí sí que hay de chile, de dulce y de manteca.
Lo cual no es raro, viendo la variedad de ofertas electorales. Como ejemplo, las que llegaron en el paquete de la Delegación Provincial etcétera.
En un talonario (no se me ocurre una mejor descripción) venían las boletas correspondientes a las listas de candidatos de ¡treinta y cinco partidos! Lo que había que hacer era escoger la boleta del partido por el que uno quería sufragar, meterlo con otros documentos en un sobre, y enviarlo, como decíamos, antes del 6 de junio. Lo interesante es que sí aquí nos quejamos de tener nueve partidos (de los que entre todos, de acuerdo, no se hace ni medio), allá andar barajando (otra vez, no se me ocurre otro verbo) casi tres docenas de opciones ha de estar del cocol. Claro que en España la mayoría de los partidos son modernos, tienen una ideología consistente, cierto sentido del decoro y la dignidad, y dirigentes y candidatos presentables. Ello explica por qué en tres décadas los españoles nos dejaron atrás en todas, pero todas las categorías en que antes los aventajábamos. Allá se pusieron de acuerdo, hicieron las cosas bien (y que se tenían que hacer, como reformas estructurales, y no pegadas con engrudo como la reciente de Pemex) y se lograron consensos para el beneficio de la (Madre) Patria
Revisando las opciones hallamos una enorme variedad. Hay partidos de una sola propuesta; monotemáticos, digamos. Está Iniciativa Feminista (IF) y el Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal (PACMA), cuyo logotipo es un noble burel con las patas dobladas, con más banderillas clavadas en el lomo que un puerco espín y escupiendo sangre. Asimismo, hay un montón de partidos regionalistas, autonomistas o de plano separatistas; al menos a eso suena, por ejemplo, Partit Republicá Catalá (RC), Andecha Astur (AA), Unidá Nacionalista Asturiana (UNA), Unio Valenciana (UV) y Extremadura Unida (sin siglas, quizá porque no se pusieron de acuerdo; digo, son extremeños). Dos agrupaciones de esta categoría llamaron mi atención: El Partido Andalucista Coalición por Europa (PA), que sólo presentó en las boletas los nombres de seis candidatos y un suplente, lo que me hace sospechar que ésos son todos los afiliados al mismo (En su mayoría, los otros traen más de cuarenta candidatos y mínimo cuatro suplentes); y Salamanca-Zamora-León, que por razones ignotas y que no me dejan dormir se presenta con las siglas PREPAL. ¿Por qué?
Como tenía que ser, la izquierda está pulverizada. A ojo de buen cubero, distinguí nueve partidos zurdos, algunos con nombres que francamente no pueden sino espantar al respetable: Solidaridad y Autogestión Internacionalista (SAIn) (¿Qué rayos es la "autogestión internacionalista"?); Izquierda Anticapitalista-Revolta Global (IZAN-RG), que supongo anda promoviendo la revolución mundial; Unificación Comunista de España (UCE), cuyo logo simplemente dice: "De verdad, contra la crisis" (¿?). Que no hay que confundir con el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE); o con Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos (II). Hay un Partido Obrero Socialista Internacionalista (POSI) cuyo logo trae la hoz y el martillo invertidos y con un número cuatro encima, por lo que supongo que corresponde a apolillados trostkistas de la Cuarta Internacional. No creí que todavía quedaran especímenes de ésos, pero ya ven.
La extrema derecha no canta mal las rancheras. Para mi sorpresa había listas no de uno, sino de dos partidos falangistas: Falange Española de las JONS (FE de las JONS); y Falange Auténtica (FA). Ésta sí me suena a que lo sea, en vista del candidato que ocupa el primer lugar en el listado: Don Enrique Antigüedad Sánchez.
(Todos los nombres en los listados van acompañados de un "Don" o una "Doña", que me gusta más que los Lics, Ings o Profs de por acá
Los salvadores-del-planeta pueden escoger entre Los Verdes-Grupo Verde Europeo (LV-GVE); Los Verdes (Europa de los Pueblos Verdes) (LV) (Suena a que se agarraron de la greña y se dividieron); e Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía: la Izquierda, que suena a tesis doctoral de un marxista trasnochado. Mi favorito fue Por Un Mundo Más Justo (PUM+J) no sólo por lo onomatopéyico, sino porque su logo es una especie de carita feliz.
Total, que allá no se pueden quejar de falta de alternativas. Acá sólo nos queda llorar por lo patético de las opciones.
Consejo no pedido para lograr la transición (de "pichichurri lindo" a "viejo botijón") sin sobresaltos: Vea "Asignatura pendiente" (1977), sobre los años de la construcción de la democracia española. Provecho.