Desde los años de escuela aprendimos la importancia del voto para la marcha democrática de un país; supimos de la manipulación del voto en la dictadura porfirista y del nacimiento del apotegma "sufragio efectivo, no-reelección":
Un siglo después, a la vista de lo que ocurre en torno a la elección intermedia que se llevará al cabo en unas semanas, es bueno preguntar: ¿a quién beneficia el voto?
De entrada, el voto, cualquiera que sea, no beneficia ni perjudica a México; el país tiene sus problemas, muy graves algunos de ellos, y lo que ocurra el 5 de julio, o mejor dicho el 6 de julio, modificará poco o nada las carencias que padecemos: una educación retrógrada, un sistema de salud fragmentado, una política energética miope y obtusa, un sistema de justicia anacrónico, corrupción e inseguridad; no, las propuestas de los candidatos y los partidos son tan pobres, que la votación, abundante o escasa, no modificará el panorama del país.
¿Beneficiará el voto a usted, estimado lector?; ¿será usted más grande, más rico, más sabio, tendrá más seguridad, mejores oportunidades de trabajo, más salud, un futuro mejor gracias al voto del 5 de julio?, ciertamente no; los votantes cautivos, aquellos que dan su voto para recibir dinero o bienes, seguirán siendo cautivos; los votantes selectivos, que deciden por un candidato o un partido, seguirán igual al salir de las urnas, los indecisos también, así como quienes se quedarán a ver otro aburrido partido de futbol comiendo papas y palomitas; a ninguno de nosotros beneficiará el voto.
Entonces, ¿qué ocurre?, llama la atención que, además de los millones de comerciales en donde nos invitan/obligan a votar, el IFE haya preparado el blog llamado "SÍ VOTO 2009" en el que junto a los dirigentes de los partidos políticos exhortan a los ciudadanos a votar. ¡quién lo hubiera pensado! los propios políticos y el IFE, a pesar de sus diferencias partidarias, unieron sus voces para conseguir nuestro voto.
Ahora sí, el asunto es claro: a los únicos a los que beneficia el voto es a ellos; ellos, que por meses y años no se acuerdan de los ciudadanos; ellos, que viven de espaldas a las necesidades del país; ellos, que duermen o se ausentan de sus curules, alcaldías o gubernaturas mientras decenas de leyes quedan sin aprobar y sus gobernados sufren; ellos quieren ahora justificarse con nuestro voto.
No es un complot, no es un movimiento, no es una locura de Internet, aún los propios políticos se están dando cuenta que el hartazgo tiene proporciones mayores de lo que creían, y por eso olvidan diferencias y al unísono nos piden que votemos.
¿Hará esto una diferencia?, lo dudo; han sido meses y años de engaños, de disimulos, de la ley del embudo, ancha para ellos y estrecha para nosotros; sé que el abstencionismo será grande y que el voto nulo será de más del 1 por ciento; sé también que a ellos no les interesa, sólo quieren saber si consiguen su curul o su alcaldía o su gubernatura.
Pero si hacemos lo que se ha sugerido -Leo Zuckermann uno de ellos- de anotar el nombre de un candidato no registrado en el espacio inferior de la boleta expresamente diseñado para ello; el voto no será nulo, se contará, aunque por ley (¡ah las leyes!) no tendrá aplicación; pero podremos mostrar nuestro repudio al sistema que ahora nos rige, cumpliremos como mexicanos al ir a votar, pero lo haremos por una persona no registrada.
El voto les interesa sólo a los políticos, pero políticos así no merecen nuestro voto.