Investigación. El vocero de la Procuraduría General de la República, Ricardo Nájera Herrera, anuncia que esa dependencia atrajo las investigaciones por la ejecución de su testigo protegido, Édgar Enrique Bayardo del Villar.
Revisará PGR operación del programa testigos protegidos.
La Procuraduría General de la República (PGR) revisará su programa de testigos protegidos y las condiciones de la custodia que se les brinda, tras el asesinato de uno de ellos, Édgar Enrique Bayardo del Villar, ocurrido el martes dentro de una cafetería Starbucks, en la colonia Del Valle.
La dependencia, que ayer atrajo la indagatoria por la ejecución del ex mando policiaco federal, informó que está en curso una investigación interna para deslindar responsabilidades del personal de custodia en las muertes de Bayardo y de Jesús Zambada Reyes, otro testigo protegido, que residían en la misma casa de seguridad.
"La averiguación previa que se inició en la SIEDO tiene que ver con los delitos de homicidio, lesiones, delincuencia organizada y lo que resulte en este tema, y entonces ahí se está tomando en consideración ese detalle", explicó el vocero de la PGR, Ricardo Nájera Herrera.
La revisión del programa de testigos colaboradores pretende fijar las reglas a seguir por quienes se acojan a él y los alcances de la protección que deben recibir, pues actualmente no están obligados a contar con escolta permanente, agregó.
BAYARDO NO AVISÓ
En el caso de Bayardo, dijo, el testigo salió de la casa de seguridad ubicada en Santa Úrsula Xitla 87, sin avisar al personal de custodia, acompañado sólo por su ayudante personal, que resultó gravemente herido en el atentado que le costó la vida al ex coordinador de Operaciones de la Policía Federal.
"El testigo colaborador no está detenido, no está sujeto a proceso, no está sujeto a investigación específica, por consecuencia su situación no es precisamente de una persona que se encuentre recluido en algún lugar", aclaró Nájera Herrera.
Bayardo, detenido en 2008 por brindar presuntamente protección al Cártel de Sinaloa, se convirtió en testigo de la PGR dentro de una investigación que llevó a prisión al entonces funcionario de más rango de la Policía Federal, Gerardo Garay, por vender información confidencial a cárteles de la droga, entre ellos a los Beltrán Leyva.
SEGUNDO TIRADOR
Por su parte, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal dio a conocer que se utilizaron dos calibrajes de bala en el asesinato de Édgar Bayardo, por lo que se investiga si se trató de dos tiradores o de uno solo.
El procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, indicó que pudo tratarse de un solo homicida que utilizó una sub ametralladora que permite el uso de balas de calibre 9 milímetros y .380.
EL SUICIDIO
En el caso de Zambada Reyes (testigo protegido en el mismo caso en el que Bayardo colaboraba), Nájera informó que la investigación está a punto de concluir, y que todo apunta al suicidio como causa de la muerte del testigo, encontrado el pasado 21 de noviembre ahorcado con un cordón para zapatos.
El funcionario descartó que estas muertes representen un revés para las investigaciones en las que colaboraron, pues si bien "todos los testigos colaboradores son clave", siempre se presentan otras pruebas contra los acusados.
Nájera Herrera también negó que Bayardo tuviera la condición de delincuente, pues, en el curso de la averiguación previa que se le inició no se acreditaron las imputaciones que le formularon y, por tanto, no se ejercitó acción penal en su contra.
Sobre el tema, el ombudsman nacional, Raúl Plascencia Villanueva, se pronunció por una revisión cuidadosa del programa de testigos protegidos, no sólo en cuanto a sus resultados, sino a la forma en que los testigos son utilizados en algunos procesos penales.
Portaba Bayardo 5 cheques y efectivo
Édgar Enrique Bayardo y su chofer portaban cerca de 150 mil pesos en cheques y dinero efectivo el día que fueron atacados en una cafetería.
Los agentes periciales encontraron en la billetera de Bayardo -testigo protegido de la PGR- 10 mil pesos en efectivo.
En tanto, el chofer Javier Solís Castillo, llevaba en el saco cinco cheques de 25 mil pesos cada uno, cuatro a nombre de Eugenia, hermana de Bayardo, otro más al portador, además de 13 mil pesos.
Los cheques y el dinero fue fotografiado, fijado y integrado a los elementos periciales que se recabaron luego del homicidio de Bayardo, ocurrido en el interior del Starbucks localizado en la esquina de Pilares y Pestalozzi, en la colonia Del Valle, delegación Benito Juárez.
En la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal informaron que aún desconocen para qué sería utilizado el dinero y los cheques.