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Abuelita, cuéntame tu historia

Misión. Los adultos mayores suelen sentirse solos y poco comprendidos ante el paso de los años, cuando en su haber tienen un sinfín de experiencias únicas.

Misión. Los adultos mayores suelen sentirse solos y poco comprendidos ante el paso de los años, cuando en su haber tienen un sinfín de experiencias únicas.

SELENE ESPARZA

Durango

¿A dónde va la vida de los ancianos?, ¿dónde dejaron sus sueños que comenzaron cuando jóvenes?, muchos de ellos se quedaron en el intento, otros tantos empiezan a ser reales. La historia comienza con doña María Guadalupe Contreras Quezada, quien actualmente es huésped de la Ciudad del Anciano y desde hace nueve meses ha encontrado la tranquilidad, pero al mismo tiempo la soledad que se ha encargado de cobrarle el tiempo.

Sale de una de sus actividades de la institución, a pasos chicos, pues sus piernas ya no le permiten hacerlo de otra manera, se apoya de una andadera y pese al esfuerzo se arregla su cabello y con mucha paciencia toma asiento a las afueras de la capilla.

 AMBIENTE

La señora se ve arreglada, cabello peinado, maquillaje, aretes, ropa impecable, sin faltar los detalles como la mascada y una discreta pulsera; todo en orden y combinado, incluso hasta sus zapatos, uno de ellos tiene un aumento, debido a una operación que la dejó con la pierna más corta.

"Por muchos años arreglé el cabello y aprendí a cortarlo, tal vez por eso soy muy arreglada", dijo mientras sonreía y recalcó que durante toda su vida se ha dedicado al trabajo "fui sirvienta, ama de llaves, recamarera en un hotel cinco estrellas, modista y aprendí un poco de primeros auxilios".

 ÚLTIMAS DECISIONES

A sus 69 años, María Guadalupe Contreras compartió que desde que vive en la Ciudad del Anciano ha encontrado amor de parte de los trabajadores y un poco menos de sus compañeros, pero sobre todo cree que ha valorado más las cosas.

"Decidí entrar a este lugar por la invitación de una maestra que me enseñaba repujado, ella también da clases aquí y cuando me dijo, la verdad me emocioné mucho porque me cayó en un buen momento".

Con sólo una hija y un nieto, vivió la desesperanza cuando después de 38 años decidió salir de casa, para darle espacio a su familia, a su hija quien estaba rehaciendo su vida.

Las primeras lágrimas corrieron por el rostro de la abuelita, saca un pañuelo de su bolsa y afirma: "ha sido difícil para mí desprenderme de ellos, especialmente de mi nieto, que es como mi hijo, pero es mejor así, porque yo padezco depresión y mi estado también lo puede enfermar, pero eso sí, cuando nos vemos lo hacemos con mucho gusto y él me abraza y me besa todo el tiempo".

 EL PROCESO

Dijo que cuando le hicieron la invitación le pareció muy buena opción, su hija y ella acudieron al lugar para informarse y entregar la papelería como el acta de nacimiento, credencial de elector, CURP, Inapam, luego le indicaron los reglamentos que firmó como un acuerdo.

"En la habitación que estoy la comparto con otras dos personas, por ello me cobran 800 pesos al mes, pero me tienen la habitación, la comida, todo, yo sólo compro mis cosas personales como el papel sanitario, jabón, champú, ropa, ropa interior y por supuesto mi maquillaje".

 ACTIVIDAD DE UN DÍA

Doña María Guadalupe se levanta a las 7:00 de la mañana, arregla su cama, se da un baño y luego acude al desayunador; más tarde hace manualidades y alredor de las 2:00 de la tarde es hora de comer.

Le espera poco más de una hora para reposar y la terapia cerebral, que es donde son atendidos por enfermeros y doctores, para ver su estado anímico y de salud.

"Al final del día vamos a cenar y rezo mi rosario, me voy a dormir entre 10:00 y 11:00 de la noche y hasta el día siguiente, para seguir con las actividades, aquí no nos aburrimos, escuchamos conferencias, hacemos muchas cosas diferentes y cada quien elige a su gusto".

La vida para María Guadalupe Contreras Quezada busca nuevos bríos, tiene toda la intención de salir adelante, de sus malestares, se toma los medicamentos que le corresponden, vuelve a tener sueños, metas, piensa cambiarse ahí mismo a una villa con una compañera para tener mayor discresión, desea regresar con los suyos y porqué no, hasta encontrar un compañero.

Proceso

Los habitantes de la Ciudad del Anciano deciden qué actividades llevar de acuerdo a sus gustos, necesidades y lo que su cuerpo les permita.

 MARÍA GUADALUPE CONTRERAS QUEZADA Huésped de Ciudad del Anciano

Como en casa

Todos los huéspedes del lugar realizan su vida normal como si estuvieran en casa, sólo hay que respetar los horarios de las comidas y las clases.

Disponible

La Ciudad del Anciano puede recibir a personas que se valgan por sí solas, pero hay una área donde se atiende a abuelitos indigentes.

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