La ministra de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, afirmó hoy que erradicar la pobreza y reducir la desigualdad son objetivos prioritarios del Gobierno del presidente Felipe Calderón.
"Erradicar la pobreza sigue siendo nuestra prioridad", dijo la canciller mexicana ante la 64 Asamblea General de la ONU, donde subrayó que para su país, conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), asumidos por la ONU, son "un compromiso de Estado".
Los ODM pretenden que al llegar a 2015, la pobreza se haya reducido a la mitad, aunque la crisis económica global actual puede poner en peligro esa meta, ya que los países más desarrollados tienden a reducir su asistencia al desarrollo.
Así, Espinosa pidió "el aumento en las contribuciones de los países desarrollados y de los bancos multilaterales de desarrollo a proyectos en los países de menor crecimiento".
"Debemos hacer los cambios estructurales necesarios para reducir la desigualdad y alcanzar una prosperidad compartida", indicó la ministra mexicana, quien pidió a las naciones instrumentar políticas que aseguren la concreción del Consenso de Monterrey sobre financiación al desarrollo.
Asimismo, exhortó a la comunidad internacional a concluir las negociaciones para la liberación del comercio mundial que preconiza la Ronda Doha, en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y reducir las medidas proteccionistas.
La canciller mexicana abordó también otros problemas relacionados con esos objetivos y apuntó que para abatir la desigualdad y aumentar las capacidades de los pueblos, "es indispensable atender necesidades urgentes, como la alimentación".
Se refirió así a la necesidad de eliminar las distorsiones en los mercados, impulsar la producción a través de la tecnología y mejorar la productividad sin sacrificar la agenda ambiental.
Espinosa destacó que aunque en algunos países se vislumbran "signos alentadores" hacia el crecimiento económico, "la inseguridad y la incertidumbre permanecen".
La inseguridad es "resultado de la persistencia de conflictos armados, del terrorismo y del crimen trasnacional organizado, que amenazan los logros que, por otro lado, se han alcanzado en la consecución del desarrollo humano sustentable", comentó.
Además, habló de la "incertidumbre" frente a las negociaciones sobre el cambio climático que han de concluir en diciembre próximo en la conferencia de Copenhague.
"El calentamiento global es hoy una amenaza para la humanidad de proporciones incalculables", dijo la ministra, que recordó la propuesta de su país para crear un "fondo verde" que recompense los esfuerzos de los Estados que adoptan políticas encaminadas a reducir el efecto invernadero sin poner en peligro los objetivos de desarrollo.
Otro de los aspectos abordados por la jefa de la diplomacia mexicana en su alocución ante la Asamblea General de la ONU fue la emergencia sanitaria que enfrentó su país este año por el brote de la gripe AH1N1.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) "apoyó de manera ejemplar la respuesta oportuna, enérgica y responsable de mi Gobierno", recordó y agregó que ello prueba que el sistema de Naciones Unidas "puede movilizar la acción coordinada de los Estados y evitar medidas unilaterales que no son respuesta a emergencias de este tipo".
Espinosa también trató ante el plenario los avances en las negociaciones para la reforma integral del Consejo de Seguridad y pidió que se busquen fórmulas de compromiso que aumenten simultáneamente la representatividad de ese órgano y promocionen una mejor rendición de cuentas, sin arriesgar su eficacia.
Igualmente, se refirió a que la promoción y protección de los derechos humanos son "obligación irrenunciable" de todos los Gobiernos y un "imperativo ético universal".
Al igual que los demás participantes latinoamericanos en este foro, la canciller mexicana pidió la restauración del orden constitucional en Honduras y el respeto a la integridad física del depuesto presidente Manuel Zelaya, refugiado desde hace una semana en la embajada de Brasil en el país centroamericano.
