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Accidentado 'rescate'

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Junto al embrollado asunto de la concesión del servicio de limpieza, el proyecto de “rescate” del Centro Histórico de Torreón se ha convertido en el mayor problema de la agonizante administración municipal de José Ángel Pérez.

De distintas formas y en numerosas ocasiones, comerciantes y visitantes del primer cuadro de la ciudad han manifestado su rechazo a los planes del Ayuntamiento para el corazón de Torreón y a la manera en la que los ha llevado a cabo.

Más de un año han tenido que soportar comerciantes establecidos y ciudadanos las molestias ocasionadas por las obras en el Centro. Y, según la Dirección de Obras Públicas del Municipio, los trabajos y las afectaciones seguirán hasta septiembre... si es que no se establece un nuevo plazo, como ha ocurrido ya varias veces.

Pero el malestar no se reduce a la tardanza en la ejecución de las obras. Debido a omisiones en la planeación y a “ajustes” hechos conforme la marcha, el presupuesto original de 106 millones de pesos resultó insuficiente, por lo que el Ayuntamiento de Torreón solicitó al comité del Impuesto Sobre Nóminas 20 millones más, los cuales le fueron concedidos.

Además, en el proceso de construcción de los paseos comerciales y sus obras adyacentes el descuido ha sido la constante. Pruebas recientes de ello son los cordones de las nuevas banquetas que, una vez construidos, tuvieron que ser rotos para colocar las rampas para personas con discapacidad; y el brote de aguas negras de las alcantarillas de la calle Cepeda debido a la tapadura de la red de drenaje, la cual hace poco fue cambiada.

Por si fuera poco, luego de tanto retraso, afectación y dinero invertido, el proyecto de “rescate” no termina de convencer a la mayoría de los ciudadanos, mucho menos a los comerciantes del sector.

Sobre el particular, el Instituto Nacional de Antropología e Historia declaró que las obras impulsadas por el gobierno de la ciudad dañaron el patrimonio cultural e histórico de la ciudad y no respetaron la preservación de edificios con valor arquitectónico.

Y mientras el disgusto ciudadano crece y los negocios del sector se hunden, las autoridades municipales se empeñan en defender, torpemente, lo que para muchos resulta indefendible. Lo peor de todo es que el futuro del Centro Histórico de Torreón no pinta mejor hoy que antes de que comenzara el accidentado “rescate”.

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