Demanda. Organizaciones defensoras de los derechos humanos piden que el titular de la CNDH, José Luis Soberanes, ejerza una verdadera autonomía. EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Organizaciones defensoras de los derechos humanos criticaron la actuación del ombudsman José Luis Soberanes por trabajar acorde a los tiempos políticos y usar a su beneficio las recomendaciones que emite.
Propusieron que el nuevo presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ejerza una verdadera autonomía, se compruebe su conocimiento en el ámbito de la defensa de los derechos humanos y sea medible su desempeño.
Luis Arriaga, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, manifestó que las recomendaciones de la CNDH son tardías, tibias y sin seguimiento efectivo como ocurrió con el caso la indígena presa acusada de secuestrar a un grupo de agentes federales.
Detalló que familiares interpusieron una queja ante el organismo en agosto de 2006, días después de que fue detenida, y tres años después emitió una recomendación.
Raúl Vera López, obispo de Saltillo y defensor de los derechos humanos, expresó que al frente el nuevo ombudsman debe ser una persona con pasión, "que no sea burócrata" y que no "camine al son que le toquen".
Édgar Cortez, secretario técnico de la Red Nacional de Organizaciones Civiles de Derechos Humanos "Todos los derechos para todos", criticó que en el caso del fuero militar, la CNDH se desmarcó de la discusión al argumentar que las posibles reformas al Artículo 13 constitucional es un asunto que le compete al Poder Legislativo.
Arriaga Valenzuela afirmó que desde hace dos años Soberanes defendió la aplicación del fuero militar pese a que se han sextuplicado las denuncias de violaciones a las garantías individuales por miembros del Ejército.
"No se ha pronunciado con firmeza para erradicar esos patrones de impunidad", dijo.
El 3 de agosto se dio a conocer que la CNDH fue calificada por organizaciones nacionales e internacionales de defensa de los derechos humanos como inútil, ineficiente y decepcionante con un funcionamiento oneroso.
Incluso se coloca como la oficina en su tipo más costosa de América Latina, por arriba de los recursos asignados a la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA).