Las autoridades de Boca del Río, municipio del este de México, rescataron a 20 niños de un hogar religioso donde presuntamente eran objeto de abusos sexuales por parte de un sacerdote y una monja católicos.
La alcaldía de Boca del Río, localidad asentada a 600 kilómetros de la capital del país, en el estado de Veracruz y en la costa del Golfo de México, presentó una denuncia penal para que se investigue lo sucedido en el hogar "Manuel Pío López".
En una conferencia de prensa, el presidente municipal de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, reveló que recibieron quejas y testimonios de niños que eran maltratados físicamente y sometidos a abusos sexuales por parte del padre José de Jesús Sandoval González y la monja María Guadalupe Zaragoza Barajas.
Yunes explicó que las madres de dos presuntas víctimas del cura denunciaron que la monja trasladaba a las menores a cambio de 500 pesos mexicanos (36,2 dólares) a la casa del padre, donde el religioso abusaba de ellos.
Los niños que se atrevían a relatar lo sucedido eran castigados en el hogar haciéndoles comer chile (picante) o comida descompuesta, los obligaban a estar arrodillados en el patio durante cuatro horas al sol o encima de tapas de refrescos y dormir con perros toda la noche o a la intemperie.
Durante el encuentro con los medios de comunicación, el alcalde presentó vídeos de testimonios de varios menores que fueron rescatados de ese hogar y que ahora son atendidos en el Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia, organismo dedicado a atender a población vulnerable.
Según Yunes, la alcaldía presentó la denuncia penal el pasado 15 de diciembre ante la Agencia Especializada en Atención a Delitos contra la Familia, la Libertad y la Seguridad Sexual, pero no había hecho pública la información hasta ahora porque esperaba que la fiscalía actuarán con celeridad, algo que no sucedió, dijo.
Consultado al respecto, el Subprocurador (vicefiscal) de Justicia del Estado, José Luis Peri Pérez, informó a los periodistas de que los exámenes médicos practicados a los niños no demuestran indicios de penetración, pero continúan las investigaciones porque existe la sospecha de que hubo tocamientos, como denunciaron los menores.