Momentos en los que agentes federales entran a una de las residencias del Campestre La Rosita el día de la balacera.
Se deslinda el Ejército de los robos cometidos en residencias durante el enfrentamiento del 1° de enero.
Luego de soportar por horas la balacera del día primero de enero, vecinos de la colonia residencial Campestre La Rosita se toparon con actos de rapiña en sus casas. Algunas fincas que todavía están solas también presentan daños y algunos dueños ya mandaron reponer sus vidrios rotos.
La rapiña en las casas del sector residencial fue tema a tratar en la reunión que tuvieron los jefes y representantes de cuerpos policiacos de los tres niveles de Gobierno en el Campo Militar de La Joya al día siguiente del tiroteo que se prolongó cinco horas.
Fuentes policiacas aseguran que agentes de la Fuerzas Federales de Apoyo (FFA) de la Policía Federal trataron de compartir la responsabilidad en las acusaciones pero pronto fueron ubicados por los otros mandos que dejaron clara su presencia en el perímetro de la zona y que sólo los policías federales estuvieron en la operatividad.
A través de un comunicado, la comandancia de la XI Región Militar se deslindó ayer de los atracos reportados por las personas cuyas casas fueron revisadas el día de la balacera.
“(...) El personal militar que participó en referida operación en contra de integrantes del crimen organizado, en ningún momento tomó prendas, joyas u objetos de valor en los mencionados inmuebles ubicados en las inmediaciones del lugar, por lo que, de existir algún señalamiento preciso en contra de algún miembro del instituto armado, estamos en la mejor disposición de que se realicen las aclaraciones e investigaciones correspondientes (...)”, se establece en el documento.
Sobre los robos, existe el testimonio de un vecino del lugar, de quien se reserva su identidad para no afectar sus intereses, de que en su casa se robaron varios objetos, pero que el exceso fue la desaparición de sus dos perros. Joyas, un video juego, cámaras digitales, computadoras portátiles y dinero en efectivo fueron robados de la casa en cuestión, donde en la cochera también se observó que un vehículo fue averiado a patadas en su carrocería.
El afectado analiza la posibilidad de interponer una denuncia penal por el robo de su casa, pero asegura que no tiene la suficiente confianza al saber que todavía están en el lugar los policías federales y prefiere esperar a que se retiren de forma definitiva.
Por su parte, Fernando Olivas Jurado, delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC), informó que sólo se ha recibido formalmente una denuncia por robo contra quien resulte responsable y se señala que sólo agentes federales entraron a la casa durante el tiroteo y al salir de su refugio en un cuarto, los dueños se dieron cuenta del atraco.
Si las primeras diligencias indican la probable participación de elementos de la Policía Federal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la averiguación podría ser turnada al Ministerio Público de la Federación para que conozca del caso, esto la próxima semana.
En mal lugar y el mal momento
Más exacto no pudo ser. Un joven profesionista salió de su casa en la colonia Residencial Campestre La Rosita en punto de las 15:30 horas del día primero de enero con destino a San Isidro.
Al circular por el Paseo del Olimpo, su camino diario y obligado, escuchó un fuerte estallido que lo “sacó de onda” y lo calificó como muy enérgico para ser un cohete o “palomita”.
Pasaron segundos y al mirar por el retrovisor el joven vio el vidrio del medallón de su auto completamente estrellado, el desconcierto llegó y fue en aumento. Iba en dirección de poniente a oriente cuando luego de espejear, su auto es chocado en el costado derecho por una camioneta.
Más aturdido no podía estar. El profesionista ni siquiera imaginó en ese momento quién manejaba el vehículo y el motivo de su veloz retirada por el Paseo del Pozo.
De la nada un soldado salió al paso y le indicó que se moviera rápido del lugar, la orden fue atendida más por las ráfagas en el aire que por la misma instrucción dada.
Por el impacto el auto quedó dañado del eje delantero. Como pudo, el joven salió de la zona de conflicto y en la gasolinera de Saltillo 400 y Paseo del Olimpo pudo detenerse para respirar con calma y avisar a su casa que ya no podía ir a San Isidro.