"La victoria tiene mil padres. La derrota es huérfana."
Germán Martínez Cázares
Al renunciar a la presidencia nacional del PAN este 6 de julio, Germán Martínez Cázares le evitó a su partido una temporada de intrigas palaciegas.
El Partido Acción Nacional pasó de los 13.7 millones de votos que tuvo en la elección legislativa de 2006 a 9.5 millones este 2009. Esta cifra, sin embargo, es superior a la de 8.2 millones de la elección intermedia de 2003.
La abstención parece haberle pesado al PAN más que a otros partidos. Y es lógico. Otras agrupaciones políticas tienen estructuras mucho más amplias. El PAN sigue siendo un partido minoritario que erige enormes barreras de entrada. Para unirse a él hay que atravesar un complicado y prolongado proceso que lleva primero a la condición de adherente y, sólo después de meses de esfuerzos, a la de miembro. Una consecuencia es que en el 2008 el partido tenía poco más de 277 mil miembros activos, mientras que el PRI y el PRD afirman tener millones.
En las elecciones de alta abstención, como la de este 5 de julio, muchos de quienes acuden a votar lo hacen por sentirse identificados con algún partido. Pero el PAN ha mostrado hasta ahora menos interés que los demás partidos en expandir esta identificación. Sus mejores desempeños se registran así en comicios con alta participación en que la gente vota por partidos con los que no necesariamente se identifica.
En este 2009 el PAN tenía una plataforma con propuestas positivas que incluía la reelección de legisladores, idea que quizá no es popular pero que resulta indispensable para lograr una verdadera rendición de cuentas del Poder Legislativo. Pedía también la reducción del número de diputados de 500 a 400 y una disminución en la financiación pública de partidos. Germán buscó también lograr una mayor apertura del PAN al reclutar a candidatos externos, como Demetrio Sodi en Miguel Hidalgo o Gastón Luken Garza en Tijuana, aun cuando esto provocó resentimientos en el propio PAN.
Los electores, sin embargo, no se enteraron de las propuestas sensatas o de la apertura a candidatos externos. En los medios el PAN promovió una campaña que buscaba simplemente aprovechar la popularidad personal del primer mandatario. "Apoyemos al presidente" nos decían constantemente los millones de spots del PAN. En sus presentaciones personales, la estrategia de Germán era completamente distinta. El presidente nacional del PAN emprendió una campaña contra el PRI y contra algunos priistas a quienes acusó de estar vinculados con el narco o de no apoyar la lucha del presidente Calderón contra el crimen organizado. Nunca presentó pruebas de sus dichos o denuncias ante la autoridad.
Es muy fácil, sin embargo, decir que la estrategia de Martínez Cázares fracasó y por eso se vio obligado a renunciar. Más realista es atribuir la derrota a la abstención, a la poca apertura del partido y a una crisis económica brutal que inevitablemente afecta al partido en el poder. La popularidad del presidente, nos dice la experiencia en México, no se traduce necesariamente en un respaldo electoral para su partido.
Por lo pronto Germán no ha querido que la discusión se centre en su persona. Ha optado así por renunciar a la presidencia de su partido, una acción inusitada entre los políticos mexicanos que se aferran siempre a la chamba. El PAN, sin embargo, no puede simplemente cerrar el capítulo de la elección del 5 de julio con esta renuncia. Un examen a fondo de las razones que han llevado a esta derrota es hoy absolutamente indispensable.
IMPERIALISMO
El presidente de Honduras Manuel Zelaya, pronunció el 23 de septiembre del 2008 un fuerte discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas contra los Estados Unidos: "El imperialismo como sistema de dominación debe desaparecer de la faz de la tierra", advirtió. Hoy que ha sido derrocado, paradójicamente, ha acudido a Washington para pedir a Estados Unidos acciones concretas para restaurarlo en el poder.