Insultos, golpes, enfermedades, omisión de cuidados y abandono son algunos problemas que enfrentan los adultos mayores en la Laguna de Coahuila. Así, en los últimos años de su vida, muchos salen de su casa para ir al hospital, y después terminan en la calle o en el mejor de los casos en un asilo.
Violencia
Laura Pacheco Ugues, subdelegada de la Procuraduría de la Familia en Torreón, revela que en el primer semestre de 2009 ha recibido 33 denuncias por diferentes tipos de violencia en contra de los adultos mayores, lo que representa un incremento en comparación con otros años, aunque no especificó porcentaje.
De las 33 denuncias, 23 corresponden a Torreón, cinco a San Pedro, cinco en Matamoros. Laura Pacheco asegura que los principales agresores son los familiares, después los hijos, nietos y hasta conocidos.
Por ejemplo, en las 23 denuncias recibidas en Torreón se comprobó algún tipo de violencia. De las personas afectadas, tres padecen alguna discapacidad física.
La mayoría de las víctimas no tienen una pareja: nueve son solteros, siete viudos, tres casados, dos en unión libre, y dos nunca se casaron.
Laura Pacheco explica que de las 23 víctimas de Torreón, 12 fueron agredidas por sus familiares, ocho por sus hijos, uno por su nieto, y dos por sus nueras o yernos. Las cifras también revelan que de los agresores 11 son hombres y 13 mujeres, mientras que las víctimas 11 fueron hombres y 12 mujeres.
La omisión de cuidados es la principal agresión con ocho denuncias, le sigue el abandono con seis casos, y dos emocionales.
Un refugio
En el Hogar de la Misericordia los ancianos abandonados encuentran un lugar para pasar los últimos años de su vida. Este 26 de agosto de 2009, cumple 9 años de cuidar a personas desprotegidas, enfermas, e incluso, incapaces de valerse solas.
Enriqueta Maynez Alemán, administradora del Hogar de la Misericordia, lamenta que ninguno de los tres niveles de Gobierno cuente con un asilo de ancianos en Torreón.
Es por eso que el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Cáritas, Cruz Roja, Hospital Universitario, la Procuraduría de la Familia, y hasta el IMSS y el ISSSTE, recurren a centros de beneficencia como el Hogar de la Misericordia para canalizar a los adultos.
En este centro reciben comida, techo y atención médica cuando son abandonados en la calle o en un hospital, en donde llegan a pasar más de dos meses hasta que el personal comprueba que su familia ya no volverá por ellos.
El Hogar de la Misericordia tiene capacidad para 20 personas, y en la actualidad hay 17, pero Enriqueta asegura que hay años en que hay hasta 22 ancianos, quienes son atendidos por tres enfermeros que se dividen en turnos de mañana, tarde y noche, por una recamarera y una cocinera.
"El problema es que en otros asilos los admiten sólo hasta los 60 años, después de esa edad ya no los quieren, y en el Hogar de la Misericordia sí los aceptamos, incluso hay una joven de 32 años que vive con nosotros desde que tenía 24, y una señora de 108 años de edad".
Para atender a los adultos mayores, el Hogar de la Misericordia gasta un promedio de 54 mil pesos mensuales, esto sin contar la compra de pañales, pues utilizan los Tena Slip, que son caros pero muy resistentes.
Ayuda
Las personas que quieran ayudar al Hogar de la Misericordia pueden acudir a dar sus donativos en efectivo o en especie (como los pañales Tena Slip que es lo más necesario) a la calle Jiménez 380 sur o llamar al número 7-16-00-50 para mayor información.
El peso de los años
A sus 73 años de edad, Ana María Jáquez no tiene quién cuide de ella. Jamás se casó ni tuvo hijos, y dice que todos los días le pide a Dios que la ayude a levantarse de la cama donde permanece postrada desde hace tiempo.
Hace más de un año que Ana María llegó al Hogar de la Misericordia. Es de tez blanca y cabello canoso. Aparenta menos años de los que en realidad tiene y lo sabe, "la receta es estar de oquis", comenta riéndose.
En el Hogar de la Misericordia encontró la familia que nunca tuvo. "Mis papás hace muchos años que murieron, también tres de mis hermanos. Aún están vivos dos, y el mayor vive en Gómez Palacio, ya tendrá unos 100 años, y el otro no me frecuenta nunca", comenta.
"Antes vivía en Nazas, Durango, con un sobrino pero cuando me dio la embolia, pues ya no me quiso. Es que no puedo caminar, es más antes ni siquiera podía mover mi brazo", dice llorando.
En este Día del Adulto Mayor, Ana María quisiera que ningún anciano pasara lo que ella vivió cuando enfermó y fue abandonada, "pero ahora ya tengo una nueva familia y estoy muy contenta".
Alarma
Para la presidenta del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Gómez Palacio, Ángeles López de Calderón, resulta preocupante la situación por la que atraviesan personas mayores en condiciones muy precarias que se resisten a recibir atención en la Casa del Anciano que opera la propia institución.
Aunque ésta tiene la capacidad para atender hasta 45 personas, sólo se tienen a 30 albergadas y esto se debe a que muchos de los adultos mayores detectados en situación de indigencia o de escasos recursos económicos, se resisten a ser asistidos.
"Esto pasa porque uno de los requisitos es que no deben salir a la calle, situación por la que algunos llegan a sentirse limitados", dijo al destacar que otra de las condiciones para recibir toda la atención es que no cuenten con familiares y carezcan de los medios económicos para mantenerse.
Hay quienes también pretenden recurrir al abandono de sus ancianos apoyándose en este tipo de instituciones, pues aunque sean familias completas con recursos suficientes para darles a ellos el sustento y atención que demandan, no quieren hacerlo y recurren al asilo del DIF para que absorba esta responsabilidad.
"Cuando esto ocurre, hay ocasiones en las que remitimos a los familiares al área de psicología, para generarles conciencia de que deben asumir el cuidado y la atención de los ancianos", pues no sólo basta con tenerlos en la casa, muchas de las veces en condiciones infrahumanas.
Hay adultos mayores que sufren el maltrato de sus familiares
Tel.- 7166012