La oxitocina es una hormona relacionada con la maternidad y paternidad, pero está más apegada al sexo, ya que se libera en gran medida durante el orgasmo.
Entender el amor no es tan complicado como lo parece, sólo es cuestión de saber la interacción de la dopamina y la oxitocina en nuestro sistema nervioso central y sanguíneo, y a eso se le llama química, plantean investigadores en un artículo que publica “El País” en su edición dominical.
Se ha demostrado que el amor es difícil de definir, pero para la ciencia no es complicado entenderlo ya que se llevan a cabo diferentes reacciones químicas y biológicas, tanto nerviosas como glandulares, desde conexiones neuronales hasta la sudoración, todo ello explicable a través de la ciencia.
De acuerdo con los estudios realizados por la antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, existen tres tipos de amor: “Primero el impulso sexual indiscriminado, una fuerza autónoma que desata la búsqueda de pareja en cualquier acepción del término; luego la atracción sexual selectiva; y por último el cariño, el lazo afectivo de larga duración que sostiene a las parejas más allá de la pasión”, añade el artículo “El amor es química... y algo de amistad”.
Cuando una persona encuentra a alguien de su gusto, su corazón late a 130 pulsaciones por minuto (lo normal es entre 60 y 90 pulsaciones), la presión arterial sistólica sube, se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular, se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea, todo esto en tan sólo unos instantes.
Además, no sólo se perciben alteraciones a nivel sanguíneo, también neuronal y hormonal. La dopamina es un neurotransmisor inhibitorio ligado al placer; una de sus principales manifestación es a través del aumento en el ritmo cardiaco.
La oxitocina es una hormona relacionada con la maternidad y paternidad, pero está más apegada al sexo, ya que se libera en gran medida durante el orgasmo; esta hormona también se vincula a la confianza, afectividad, fidelidad, ternura, etcétera.
Sin importar que al primer instante alguien sienta la química del amor, Fisher diferencia que “el ritual de elección de pareja en los animales dura minutos u horas, como mucho días o semanas; en los humanos, esa fase temprana de intenso amor romántico puede durar de 12 a 18 meses”.
