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Ahora contra China

EL COMENTARIO DE HOY

FRANCISCO AMPARÁN

Mucha gente tiene la noción de que la lucha de los fundamentalistas islámicos, que ya va para tres décadas de iniciada, está dirigida exclusivamente contra los Estados Unidos y sus aliados del Occidente cristiano. Sin embargo, el Islam violento y militante no es muy excluyente en sus odios. Habría que recordar que Al Qaeda nació como una organización que combatía a los ateos soviéticos en Afganistán. De hecho, peleando contra los hijos de la Madre Rusia fue como Osama bin Laden hizo sus pininos… y por

lo que recibió ayuda de la CIA, la cual contribuía con entusiasmo a matar rusos en donde fuera, como

fuera y por quien fuera.

Por eso quizá no nos debería extrañar cuál es el nuevo Masiosare, el extraño enemigo más reciente de los fundamentalistas: la China Roja.

Hace unos días, un importante líder de Al Qaeda hizo un llamado a la comunidad musulmana uigur, del Occidente de China, para que se prepare a desatar una Guerra Santa contra el Gobierno de Beijing.

Al parecer, esto como consecuencia de los disturbios ocurridos en el verano, cuando algunos uigures se lanzaron en contra de chinos han, una etnia totalmente diferente, en la capital de la provincia de Xinjiang, Urumqi. Los uigures, que han habitado esos territorios durante más de milenio y medio, están hasta el copete de lo que ellos perciben como una invasión de los chinos han, la etnia más importante de China. Algo semejante a lo que le ocurre a los tibetanos, que también ya han dado muestras activas de descontento en los últimos años. Por algo será.

En este caso, los disturbios han continuado con una táctica extrañísima: inyectarle mugreros a los chinos han con jeringas hipodérmicas. En la calle, o en el camión. No tan visible como el cuchillo cebollero, pero igual de efectivo a la hora de meterle pánico al corazón de la población civil.

Como suele hacerlo, el Gobierno chino ha respondido con toda energía, enviando tropas y pasando por encima de los derechos humanos de las comunidades de Xinjiang. Pero ahora se metió con una minoría musulmana. Y desde el punto de vista de Al Qaeda, eso da corajillo. De ahí el llamado a una Guerra Santa para defender a los musulmanes amenazados en esa remotísima parte del mundo. Para que se den una idea, en Xinjiang se encuentra el punto del planeta más lejano a cualquier costa. En ninguna otra parte el mar (y su vida tan sabrosa) se halla más distante.

China es tan grande que cualquier minoría es importante. Para acabar pronto, China tiene más musulmanes que Siria. Que quizá no es mucho decir en un país que se aproxima a los 1,300 millones de habitantes.

El caso es que Al Qaeda ya anunció que tiene un nuevo enemigo... como si le sobraran amigos. Y como

si faltara quién arda en deseos de partirle toda su… columna vertebral.

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