El Partido Revolucionario Institucional según declara su dirigencia nacional, está decidido a recuperar la Presidencia de la República. Los dos primeros sexenios del siglo XXI fueron gobernados por el Partido Acción Nacional. Estos doce años serán suficientes para que el pueblo concluya que sólo el PRI tiene la experiencia requerida en el difícil arte de gobernar y sabe cómo aplicarla. Pero nosotros, gente común, no sabemos cómo piensa el PRI respecto a los problemas de sus afiliados.
Anoche vimos y escuchamos los resultados de la prospectiva nacional que realizó el canal 11 de televisión sobre las elecciones federales de 2012. Piensan los ciudadanos que el PRI podrá conseguir una gran ventaja para escoger presidente de la República, que obtendrá una sobrada mayoría de escaños y curules en el Congreso de la Unión y que podría recuperar varias gubernaturas estatales, ahora en poder del PAN y del PRD.
Todo pronóstico electoral debe considerar, sin embargo, que en toda competencia electoral el éxito depende del factor humano, y así deberíamos pensar: ¿Tendrá el PRI una reserva de militantes de primer orden, con méritos suficientes para ser candidatos a encabezar las planillas que pelearán a un tiempo la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión y los gobiernos locales que ahora detentan el PAN y el PRD?..
Seríamos amnésicos irredentos si no recordásemos cómo el PRI perdió ante Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa el Poder Ejecutivo Federal que tuvo en sus manos durante setenta años: en las últimas elecciones los candidatos del PRI carecieron del impulso necesario para ganar la máxima posición política de la nación y arrastrar consigo a los copartidarios postulados para ocupar las senadurías y diputaciones federales. La verdad es que entonces ni el sinaloense Labastida del año 2000, ni seis años más tarde el tabasqueño Madrazo, pudieron neutralizar la inercia de un electorado bisoño e influenciable que mal podía analizar sus opciones electorales desconcertado ante el estreno de una auténtica democracia, bajo la influencia mediática galopante y venal de la televisión comercial, y la traumática experiencia habida y sufrida en los últimos gobiernos tecnócratas neoliberales. Así fue como el sistema político nacional, otrora admiración para el mundo, pasó a manos de una débil y ficta Oposición cuyo único mérito fue estar en el lugar exacto y en el preciso momento histórico, y nada más.
El hecho es que "hoy, hoy, hoy" el Partido Revolucionario Institucional tiene la oportunidad de volver por sus fueros si logra aprovechar las palpitantes circunstancias de la política mexicana y del PRI. La crisis financiera mundial ha empujado a éste y a otros países a enfrentar sus propias vicisitudes y por más que los consejeros financieros del presidente Calderón le aseguren lo que él mismo asegura frente al país, no existe un impenetrable blindaje económico frente a la adversidad.
Tampoco existen las sedicentes buenas relaciones de Calderón con Barack Obama por más que le haga la corte. Puede ser que el presidente de Estados Unidos se preocupe por los países europeos y Canadá, mas no por los iberoamericanos. El nuevo mandatario estadounidense sabe menos que poco de nuestra historia y de nuestra realidad actual, pero además no le interesa: hasta ayer en la noche no se sabía que hubiera designado a un embajador ante el Gobierno mexicano, Y para colmo quizá ni siquiera esté informado de los problemas que enfrentan los transportistas mexicanos y estadounidenses y la respuesta del Gobierno de México.
El PAN, obviamente, va a tocar con pinzas el conflicto y el PRD está a la espera de lo que suceda. El único partido político que puede producir un gesto de solidaridad hacia los transportistas y productores agrícolas e industriales que pueden resultar afectados con la tensa situación que prevalece entre México y USA es el Partido Revolucionario Institucional, pero debe producirlo ya, ahora, en estos momentos. Mañana puede que sea tarde. Los bonos por una actitud espontánea e inmediata tendrán buenos rendimientos en el año 2006. Los priistas deben manifestarse ahora, ahora, ahora...
