Hoy ocho de marzo se celebra en gran parte del mundo occidental el Día Internacional de la Mujer, reciban todas ellas nuestra más efusiva felicitación.
En esta ocasión no hablaremos de la mujer mítica y etérea, que en los homenajes retóricamente aluden los oradores, no hoy ofrecemos nuestro reconocimiento y admiración a la mujer de carne y hueso, la que goza y siente, la que sufre y llora, la que tanto en el ámbito laboral como en su vida cotidiana vida familiar, lucha hasta el agotamiento para lograr sus propósitos, exenta de egoísmos y mezquindades.
Hoy alabamos a la mujer honesta que redoblando esfuerzos, con apasionada entrega hace causa común con su pareja, cuando la tiene, o cuando es madre soltera no se amedrenta ante ningún tipo de crisis por intensas que sean y hace gala de su fortaleza, de su temple, minimizando la ausencia del "macho" que no supo afrontar responsabilidades.
Al ama de casa, a la profesionista, a la enfermera, a la empleada, a la estudiante, a la obrera, para todo el género femenino vaya nuestra eterna gratitud.
¡Felicidades en su día!
La presente felicitación es obra de mi padre el señor Raúl Domínguez Gurrola.
