Luto. Un grupo de jóvenes enciende velas frente a la escuela de secundaria Albertville de Winenden, cerca de Stuttgart, Alemania, en recuerdo de las personas que fallecieron luego del ataque de un ex alumno.
La Policía alemana se mantiene alerta a dos días de la masacre en la escuela Albertville, en la localidad de Winnenden, que dejó 17 muertos, debido a que han surgido falsas alarmas de posibles matanzas en varias escuelas del país.
Portavoces de la Policía declararon que el llamado "efecto de imitación" está en auge por el momento y precisaron que se han presentado alarmas falsas en colegios en Ilsfeld, Freiburg, Schramberg, Pforzheim y Ulm.
Un colegio en Ilsfeld, en el estado federado de Baden Wurttenberg, cerró ayer sus puertas tras un anuncio que apareció en un foro de Internet sobre un posible ataque, por lo que la Policía debió ser movilizada hacia las instalaciones.
En Baja Sajonia, la justicia impuso el miércoles una condena de cinco meses bajo fianza a un joven de 22 años que anunció "en broma" que realizaría una matanza en su escuela. El proceso tuvo lugar apenas siete horas después de que se dio dicha alarma.
En tanto, la escuela de enseñanza media Albertville, donde el miércoles pasado ocurrió la masacre, continuará cerrada hasta la próxima semana, informó la directora Astrid Hahn.
De acuerdo con los reportes, 10 estudiantes y tres profesores perdieron la vida en la escuela cuando un ex estudiante, identificado como Tim K., abrió fuego contra los alumnos y maestros que se encontraba en las instalaciones educativas.
En su huida, otra persona más resultó muerta, cerca del hospital psiquiátrico de la localidad. Poco tiempo después, Tim K. fue abatido por la Policía en un tiroteo en Wendlingen, a 40 kilómetros de distancia de la escuela donde se produjo la masacre.
Durante el altercado con la Policía dos transeúntes perdieron la vida y dos policías resultaron heridos de gravedad.
La directora Hahn aseguró que el agresor, quien había obtenido su diploma tras concluir el grado de secundaria, no tenía un comportamiento que llamara la atención, al tiempo que ya contaba con un lugar para realizar sus prácticas de aprendiz.
Agregó que tampoco tenía conocimiento de que él haya sido víctima de hostigamientos por parte de sus compañeros o de que tuviera una actitud violenta, y destacó que por ello "no se puede comprender" cómo pudo ser capaz de un acto tal.
La directora anunció que ya se cuenta con un equipo de apoyo psicológico para los alumnos, se dispone de una línea telefónica de ayuda, también por la noche, y se prevén reuniones con los padres de familia para darles apoyo profesional a fin de que ayuden a sus hijos a superar posibles traumas.
A dos días de los hechos, en la entrada de la escuela Albertville, que gozaba de gran renombre, están depositadas cientos de velas, flores y cartas en memoria de las víctimas de la masacre.
Investigan mensajes
La Policía alemana trata de esclarecer el origen del mensaje difundido por Internet en el que presuntamente se anunciaba la masacre del colegio de Winnenden y, aunque todo apunta a que se trató de una falsificación, no se descarta que el autor de la matanza lo lanzara desde una computadora distinta a la suya.
El ministro del Interior de Baden Württemberg, Heribert Rech, parte de la base de que el mensaje aparecido en el chat fue "construido" a posteriori y que "algún loco" trató de confundir con ello a los investigadores de la masacre, en la que murieron 17 personas.
"Algún loco tiene que haber lanzado ese mensaje falso al mundo", admitió Rech, en unas declaraciones al diario "Süddeustche Zeitung".
Para el responsable de Interior de Baden Württemberg, la cuestión es más que embarazosa, puesto que fue él mismo quien anunció el jueves, que el propio Kretchmer había advertido de que se proponía convertir "en una barbacoa" su antigua escuela.
Horas después del anuncio, un portavoz policial rectificó las informaciones, que en ese lapso habían dado la vuelta al mundo, y dijo que no había señal alguna de que el joven hubiera mandado el mensaje registrado en un chat de Internet.
Los investigadores tratan de esclarecer ahora si el propio Kretchmer lo envió desde alguna otra computadora que no fuera la de su casa o si efectivamente fue alguna otra persona quien lo mandó, probablemente a posteriori y simulando que había sido un "anuncio" del joven.