Vigilados. Soldados norcoreanos vigilan el lado sudcoreano en el pueblo fronterizo de Panmunjom, que separa dos Coreas.Ayer la tensión entre ambas naciones aumentó, al amagar Pyongyang con una ofensiva sin piedad. (AP)
SEÚL, COREA DEL SUR.- Corea del Norte advirtió ayer que usará sus armas atómicas en una “ofensiva sin piedad” si llega a ser provocada, en un gesto retórico con el propósito aparente de impedir las sanciones internacionales por su prueba nuclear más reciente.
La tensión procedente de Pyongyang cobró su primera baja en las incipientes relaciones financieras con Corea del Sur, cuando una firma sudcoreana fabricante de pieles anunció su salida del complejo industrial situado en la ciudad fronteriza de Kaesong, en territorio norcoreano.
El complejo que comenzó a funcionar en 2004, es un símbolo del acercamiento entre las dos naciones de la península coreana, pero la buena voluntad parece evaporarse rápidamente después de la prueba nuclear norcoreana del 25 de mayo y los subsiguientes lanzamientos de cohetes.
Pyongyang acrecentó la tensión aún más al reanudar ayer sus declaraciones contenciosas en un comentario en el diario estatal Minju Joson.
“Nuestro poder de disuasión atómico se verá reflejado en un fortalecimiento de nuestra defensa... al igual que una ofensiva sin piedad como una justa respuesta en represalia a quienes ataquen la dignidad de nuestro país y nuestra soberanía, aunque sea de manera ligera”, destacó el comentario difundido por la agencia de noticias central coreana. La enérgica perorata norcoreana tiene lugar en momentos en que Corea del Sur y EU encabezan un esfuerzo enla ONU para imponerle drásticas sanciones por su prueba nuclear.
Piden familias compasión por periodistas
Las familias de dos periodistas estadounidenses condenadas a 12 años de trabajos forzados en Corea del Norte pidieron al Gobierno que les otorgue clemencia y dijeron esperar que Washington negocie su liberación.
Corea del Norte acusó a Laura Ling y Euna Lee de “actos hostiles”, sin aclarar cuáles eran y de entrar ilegalmente al país, pero la acusación formal no estaba clara. El juicio, cerrado a extranjeros, comenzó el jueves y el lunes siguiente las condenaron a 12 años de “reforma por medio del trabajo”.