Jesús Ramírez cumplió en su debut al frente del América, que rescató como visitante el empate 0-0 ante Chiapas en reñido encuentro de la fecha 5, disputado en el Estadio Víctor Manuel Reyna. (Jam Media)
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Jesús Ramírez comprobó que la cábala no alcanza cuando se tienen pocos días de trabajo. Fiel a su creencia, el estratega americanista debutó en la Primera División con el mismo traje gris que usó aquella noche que garantizó su inmortalidad en el futbol mexicano. Ayer no fue suficiente.
Juan Carlos Silva y Enrique Esqueda estuvieron junto a él, tal como sucedió hace poco más de tres años. Buena parte del cotejo la pasó sobre el tartán que rodea a la cancha, igual que en Perú aquella noche del dos de octubre de 2005, cuando Ramírez se proclamó campeón mundial con la Sub-17. Pero esta vez, la inoperancia que las Águilas arrastran pudo más que todos los deseos de su nuevo entrenador.
En unos cuantos días Chucho les otorgó orden, aunque los Jaguares pudieron ganar, de no ser por la apatía de sus brasileños.
El 0-0 final, que dejó insatisfechos a los casi 30 mil aficionados que llenaron el Víctor Manuel Reyna, fue como una derrota para ambos.
Los locales dejaron ir una inmejorable oportunidad para alargar a seis la racha de victorias sobre el América en la selva de Chiapas.
Jesús intentó que su nuevo equipo se parara igual que aquellas selecciones con límite de edad que tanto éxito le dieron. El intento resultó muy brusco para un equipo que todavía no puede deshacerse de las telarañas mentales que el "Pelado" le dejó.
Armando Sánchez, Alejandro Argüello y Robert de Pinho se fueron a la banca. Ismael Rodríguez, Óscar Rojas y Ángel Reyna recibieron la oportunidad, pero poco funcionaron.
El brasileño Itamar reafirmó la lentitud de la zaga americanista, en especial de Fernando Ortiz. Fue entonces cuando se vio la mano de Chucho. Rodríguez y Juan Carlos Valenzuela siempre aparecieron para realizarle la cobertura al zaguero argentino.
El debutante estratega tenía claro que la prioridad era darle solidez a la retaguardia americanista
Misión cumplida. Por primera vez en el Clausura 2009, las Águilas lograron mantener inmaculada su portería.
Por eso, Ramírez se fue tranquilo hacia el vestuario azulcrema.