Clasificación:
Curioso que en dos cintas actualmente en cartelera, la antimateria tenga un papel primordial para la trama.
Además de tener un nombre cool, la antimateria es la nueva esperanza tecnológica para la obtención de energía ilimitada y uno de los engranajes fundamentales en la formación del universo. Su descubrimiento es otro de los avances científicos que lenta, pero implacablemente, van arrojando luz sobre rincones que las iglesias mantenían sumidos en la oscuridad.
Los clérigos inteligentes abandonan las esquinas indefendibles o ridículas y se acuartelan en las vitales. Los tontos se lanzan a defenderlas todas y no distinguen la seriedad del atacante.
Cómo habrán esperado a los tontos los productores de Ángeles y Demonios. Con qué ansia habrán deseado la campaña de publicidad gratuita que tan generosamente pusieron en marcha sectores de la Iglesia Católica condenando a El Código Da Vinci. Esta vez se toparon con el silencio del dios de la propaganda.
Pero no podrán achacarle toda la culpa de la reducción en taquilla a la Iglesia. Ángeles y Demonios es una cinta muy inferior a su predecesora. Aunque bien realizada y divertida, trata de compensar la debilidad de la historia con un ritmo aceleradísimo, no logra crear una impresión que perdure.
El Código Da Vinci escandalizó por manejar la posibilidad de que Jesús hubiera procreado con María Magdalena, una hipótesis recurrente a través de la historia, pero sobre todo revivió el debate sobre el muy real, sistemático y anacrónico ninguneo a la mujer por parte de la jerarquía Católica.
Ángeles y Demonios, mientras tanto, pretende asustarnos al sugerir que el Vaticano es un lugar lleno de traiciones e intrigas políticas. Debe ser una verdad tan evidente que los supuestamente ofendidos ni siquiera pestañearon. La cinta pudo ser realmente pertinente si se hubiese enfocado en la lucha entre la religión y la ciencia, en lugar de ser sólo un divertimento. Y ni siquiera tan divertido como Star Trek, un muy afortunado renacimiento de una serie que, en realidad, nunca me había importado gran cosa.
Estoy consciente del enorme y fanático seguimiento que el original tiene en otras partes, pero creo que mi relativa indiferencia representa bien a mi región y mi país.
Creo que neófitos y veteranos saldrán satisfechos de la sala, pero no me crea del todo, porque yo puedo ver una película con antimateria y viajes en el tiempo todas las semanas. Star Trek tiene acción y fantasía de excelente manufactura y nos propone un mundo unido y mejor, en que la batalla entre religión y ciencia se definió a favor de la segunda, aunque la joda de la política intergaláctica no se vaya a terminar nunca.
Mínimo:
Máximo: