Los niños cuando empiezan a caminar, es normal que se caigan con facilidad y pierdan el equilibrio ante pisos de diferentes texturas, pero si ya tiene dos años y le sigue pasando hay que poner los ojos bien abiertos.
Fíjate bien, ¿cuando camina junta mucho sus rodillas o las tiene muy separadas?, ¿mete las puntitas de los pies o los separa?, ¿las suelas de los zapatos se desgastan de manera irregular, raspa las puntas de los zapatos? Todos éstos son tips que te pueden servir para identificar que algo no está bien.
Si contestaste sí alguna de estas preguntas busca inmediatamente al ortopedista o médico en rehabilitación para que hagan una revisión a tu hijo.
Hay ejercicios, plantillas y adecuaciones a los zapatos que aplicados en los primeros años realizarán las modificaciones correctas a los huesos. Evitarás que siendo más grande tu hijo tenga que utilizar algunas adecuaciones más ostentosas.
Además, si tiene pie plano, malformaciones de pies, rodillas, piernas o huesos y no se los atiendes a tiempo (aunque camine) el día de mañana cuando sea adulto sufrirá de dolores de espalda y estará predispuesto a lesiones de columna permanentes.
Un niño que no camina bien, muchas de las veces no escribe bien y no aprende igual que sus compañeros, recuerda que somos un ser integral y todo está relacionado, nuestro cuerpo debe estar en perfectas condiciones para podernos desarrollar idóneamente.
Si deseas saber más de este tema busca la revista Angelitos del CAEI.
Esperamos recibir sus comentarios, preguntas y colaboraciones a: angelitosdelcaei@yahoo.com y si desean recibir esta revista en su domicilio llamen al (871) 722-77-46.
