El papa Benedicto XVI saluda a los miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al rezo del Ángelus, en la festividad de san Esteban. EFE
El Papa Benedicto XVI apareció con rostro sereno hoy en la Plaza de San Pedro del Vaticano para bendecir a una multitud, pese a la aparatosa caída del jueves pasado antes de la misa de Nochebuena.
Poco después del mediodía el pontífice se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico para saludar a los fieles y bendecirlos con el rezo del Angelus por la festividad de San Esteban, mártir y primer diácono de la historia de la Iglesia.
Los feligreses se emocionaron al ver el buen estado físico del líder católico e incluso algunos llevaron hasta la plaza vaticana, en medio de una mañana lluviosa, carteles especiales de saludos y buenos deseos.
El líder católico no mostró haber resentido la aparatosa caída de la noche del jueves a su ingreso a la Basílica de San Pedro, cuando una mujer, con desequilibro mental, se abalanzó contra él y le provocó una caída.
En su mensaje en italiano Benedicto XVI aseguró que el testimonio de San Esteban, como el de los mártires cristianos, es un ejemplo para los hombres de hoy, 'distraídos y desorientados', sobre en quién deben poner la propia confianza para dar sentido a la vida.
Más adelante, tras saludar a los fieles de lengua española, pidió 'suplicar fervientemente' que nunca falten en la Iglesia hombres y mujeres sabios, audaces y sencillos, que den testimonio del Evangelio de la salvación allá donde se encuentren.
'Así, con la fuerza de la caridad y la luz de la verdad, se podrá construir una sociedad cada vez más fraterna, justa y en paz', estableció.
