Payasadas. Dos activistas disfrazados de payasos abrazan un policía danés durante una manifestación en Copenhague, Dinamarca. Alrededor de 50,000 personas participaron en la demostración con ocasión de la conferencia del cambio climático en esta ciudad.
COPENHAGUE, DINAMARCA.- Decenas de miles de personas marcharon por las gélidas calles de la capital danesa y casi mil fueron detenidas en una multitudinaria manifestación para exigir que se logre un acuerdo climático.
Mientras, el debate llegó a un punto crítico sobre las demandas de las naciones ricas a China y a otras economías emergentes.
En el interior del Centro Bella, la Unión Europea, Japón y Australia se unieron a EU en la crítica al proyecto de un acuerdo mundial que establece que las principales naciones en desarrollo deben limitar sus gases que generan el efecto de invernadero, pero sólo si tienen recursos financieros externos.
Las naciones ricas desean que los países en desarrollo limiten sus emisiones, con o sin ayuda financiera.
Las manifestaciones, que se desarrollaron mayormente de manera pacífica, colmaron las calles de Copenhague captando la atención general en medio de un ambiente de activismo mundial sobre cambio climático desde Europa hasta Asia. La Policía acrecentó sus filas con un mayor número de agentes que observaban a los manifestantes que exigen a los líderes a que actúen para contrarrestar el cambio climático.
La Policía calculó que los asistentes a la manifestación llegaron a los 40,000, mientras que los organizadores afirmaron que unos 100,000 se unieron a la marcha.
La Policía señaló que detuvo a 968 personas como medida preventiva ante la presencia de un grupo de jóvenes activistas que iba a la retaguardia de la marcha de protesta. Los agentes antimotines entraron en acción cuando manifestantes que llevaban máscaras, lanzaron adoquines a ventanas de edificios públicos, inclusive a la Cancillería.
La reacción inicial de los delegados en la cumbre sobre cambio climático ante el texto del proyecto del acuerdo presentado el viernes resalta la división entre los países acaudalados encabezados por EU y los emergentes y pobres.
El ministro del Ambiente de Suecia, Andreas Carlgren, dijo en representación de las 27 naciones de la UE, que "ha predominado un creciente entendimiento que deben existir compromisos para tomar acciones también de parte de las economías emergentes".
Destacó que esos compromisos "deben tener carácter de obligatoriedad, para que los estados respeten los compromisos que adquieran".
El ministro del Ambiente de la India Jairam Ramesh indicó que su país, considerado el quinto emisor de gases tóxicos a la atmósfera, no ofrecerá más que su actual compromiso de reducir gradualmente el ritmo de emisiones. India ha ofrecido cortar sus gases de invernadero en la medida de un crecimiento del 20 al 25% hasta 2020.
La UE criticó a Estados Unidos e insistió que podría aceptar mayores compromisos para impulsar las negociaciones sin ampliar la legislación pendiente en el Congreso. Tanto EU como China deberían estar legalmente vinculados a cumplir las promesas que formulen, según el ministro sueco del Medio Ambiente, Anders Carlgren.
China ofreció aceptar voluntariamente reducciones en sus emisiones de dióxido de carbono, pero no desea verse vinculada por el derecho internacional.