Hasta el cierre de esta edición, los Diputados hicieron sólo pequeños ajustes al cambio propuesto por el Ejecutivo federal al sistema de consolidación fiscal.
En vez de aprobar que se pagara el próximo año el 60% de los impuestos diferidos en 2004 y ejercicios anteriores, los legisladores dispusieron que sea el 40 por ciento.
El resto, para completar el 100 por ciento, se liquidaría en partes iguales de 15 por ciento en los años 2011, 2012, 2013 y 2014.
Llegado 2011, procedería a pagar en ese año el 40% de los diferido en 2005, y el resto entre 2012 y 2015, y así sucesivamente, con la misma mecánica y traslapes de las partes de los ejercicios fiscales a finiquitar.
Herbert Bettinger, catedrático de impuestos del Instituto Tecnológico Autónomo de México, señaló que será duro el golpe para los corporativos obligarlos a pagar el próximo año 40 por ciento de sus adeudos diferidos del 2004 y antes.
Óscar Márquez, socio director del despacho Márquez, Ojeda y Compañía, sostuvo que cualquier planteamiento para modificar el ISR diferido afecta derechos adquiridos, por lo que avizoró una serie de impugnaciones ante los tribunales.
Andrés Garza Herrera, presidente de la Caintra de Nuevo León, advirtió que los cambios a la consolidación darán al traste con la incipiente recuperación.
"Afecta la planeación de flujos de efectivo que tienen las empresas y, definitivamente, los planes de inversión, de emisiones de deuda y de generación de empleos", apuntó.
"(Los legisladores) mandan un mensaje muy malo al cambiar las reglas de juego a la mitad del partido, eso no se vale, especialmente en la parte retroactiva, que es inconstitucional", enfatizó.