Confiado. El presidente Barack Obama está confiado en que el Senado aprobará el plan de estímulos propuesto por su Gobierno. EFE
Tras una intensa refriega de ataques y negociaciones contra reloj, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó ayer viernes finalmente un plan de estímulo de unos 787 mil millones de dólares que contempla la creación de entre tres y cuatro millones de empleos, 308 mil 300 millones de dólares en gastos fiscales y 267 mil millones en ayudas sociales directas.
La aprobación de la Cámara Baja, una importante victoria para el presidente Barack Obama, se ha producido sin embargo sin un solo voto de los republicanos, que le han regateado, hasta el final, su apoyo a una iniciativa que aún deberá sortear el inminente voto del Senado para someterla a consideración de la Casa Blanca la próxima semana.
La medida, aprobada por 246 votos a favor y 183 en contra, contó, además, con el rechazo de siete demócratas del ala conservadora que se han alineado con los republicanos.
El plan, plasmado en un total de 1,071 páginas, combina 281 mil millones de dólares en reducciones fiscales con más de medio billón en gastos gubernamentales.
Según confirmó la demócrata, Nancy Pelosi, el dinero será dedicado a gastos sociales como cuidados médicos, cupones de alimentos y ayuda para los estados, así como una partida para gastos de infraestructura.