Errores. El líder nacional del PRD, Jesús Ortega, acepta que su partido debe superar inercias y errores como la falta de unidad y cohesión.
Corrientes políticas coinciden en reconstruir el partido, pero todas con diferentes matices.
El PRD se enfila hacia su refundación en medio de una severa crisis económica -con una deuda estimada en julio pasado superior a los 700 millones de pesos-, una votación que pasó de 33% a 12% -respecto a 2006- y una confrontación interna aparentemente irreconciliable.
Cuatro de las principales corrientes políticas internas -Nueva Izquierda, Izquierda Democrática Nacional, Foro Nuevo Sol, y la Red de Izquierda Revolucionaria- coinciden que es necesario reconstruir al PRD y escuchar a Andrés Manuel López Obrador, pero todos con diferentes matices.
Unos piden reconciliación con el tabasqueño; otros, aliarse con sus principales detractores como el PRI y el PAN y hasta con sectores leales a Elba Esther Gordillo; algunos piden refrendar a la izquierda; y hay voces que sugieren la dimisión de su líder nacional, Jesús Ortega, e incluso partir de cero.
El PRD ha instalado una comisión organizadora de su Congreso Refundacional -a realizarse en diciembre- y ha abierto consultas a la sociedad civil, a intelectuales, académicos y círculos de la izquierda.
Esto, cuando en estos momentos enfrenta las consecuencias devastadoras de la jornada electoral de julio: dejaron de gobernar a 7 millones de personas; se colocaron prácticamente en la marginalidad política en 17 entidades, y sus prerrogativas públicas bajarán en 2010 al menos 30%.
LA REALIDAD DEL SOL AZTECA
Ante esta baja votación de 2009, el PRD transitará hacia su refundación mientras consolida alianzas -para enfrentar los 13 procesos electorales del próximo año, donde se elegirán 10 gobernadores- incluso con sus más enérgicos oponentes.
Los estados que renovarán gobernador, diputados locales y ayuntamientos, son: Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Durango, Chihuahua, Aguascalientes, Zacatecas, Tlaxcala y Sinaloa. Donde sólo habrá elección de alcaldes y legisladores: Chiapas, Baja California y Yucatán.
Con base en un análisis que entregó Alejandro Encinas a gobernadores del PRD una semana después de la elección del 5 de julio, el comportamiento del voto hacia su partido reportó una caída desproporcionada.
En Campeche se ubicó en el sexto lugar; en Aguascalientes, Baja California, Colima, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Sinaloa fue quinto lugar, y en cuarto se ubicó en Coahuila, Guanajuato Jalisco, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Yucatán.
Mantuvo sólo el primer lugar en cuatro entidades (Baja California Sur, DF, Michoacán y Zacatecas). Cae a segunda posición en Chiapas, Guerrero, Nayarit y Tabasco.
Pero el análisis de Encinas va más allá: advierte que al amanecer del 6 de julio, con base en los resultados de las elecciones municipales, el PRD había dejado de gobernar casi a 8 millones de mexicanos, pues de julio de 2008 a julio de 2009 pasó de gobernar 409 municipios a 346, es decir, de 25 millones 400 mil a 17 millones 855 mil personas.
LAS VISIONES
Jesús Ortega, líder nacional del PRD y cabeza de Nueva Izquierda, acepta que su partido debe superar inercias y errores como la falta de unidad y cohesión, presentarse como una institución plural y capaz de contribuir a los grandes problemas de la gente.
Sobre si habrá diálogo con López Obrador apunta: "Desde luego que sí; todos los militantes deseamos que se involucren en este esfuerzo de discusión y de reflexión y todos los pensamientos aportan al nuevo PRD que surgirá de este Congreso Refundacional".
Izquierda Democrática Nacional -de Dolores Padierna- ha planteado 10 ejes para ir al debate en el Congreso Refundacional.
Pide que el PRD se convierta en un "partido movimiento" que articule la lucha electoral y la movilización social; llama a reencontrar al perredismo con López Obrador y su movimiento; a apuntalar el pensamiento socialista y a recuperar autoridad moral y política, así como a ser una Oposición real.
Además, impulsar la unidad del PRD con PT y Convergencia, que haya un verdadero padrón de militantes, tener programas de Gobierno identificados con la izquierda, organizar territorial y profesionalmente la estructura partidaria, defender la democracia interna y la dimisión de Jesús Ortega.
Foro Nuevo Sol -liderado por la gobernadora Amalia García, la secretaria general Hortensia Aragón y Eloy Vázquez- se comprometió a apoyar cambios radicales en el partido y a empujar el consenso en su refundación con base en los acuerdos. "La ciudadanía evaluó al PRD en las pasadas elecciones y no reconocer que debemos ir a una transformación de fondo es condenar al PRD al fracaso. No apostamos a que las cosas se mantengan igual", apuntan.
Propone crear una instancia superior para la consulta y toma de decisiones de la dirección nacional, que aglutine a gobernadores, ex presidentes y líderes de corrientes; reglamentar el ejercicio de la ética en la práctica, organizar al PRD territorialmente; reducir la burocracia del partido y apoyar a jóvenes.
La Red de Izquierda Revolucionaria-Movimiento de Liberación Nacional (RedirIR), liderada por Camilo Valenzuela, rechaza acercamientos electorales con el PAN o el PRI, porque la lucha del PRD "debe ser parte de la expresión de una estrategia que retome la lucha por la revolución democrática nacional en serio y a fondo".
Esta corriente de expresión subraya que la resistencia cívico-popular necesita a un PRD que no se desvíe en aras de conquistar posiciones de Gobierno.
Reconocimiento de fallas
Una semana después de la elección del 5 de julio, Alejandro Encinas presentó un análisis a los gobernadores del PRD en donde señala:
"Ante estos resultados (de la elección federal 2009), la izquierda y en particular el PRD requieren revisar con serenidad sus resultados y hacer un análisis de fondo en torno al largo proceso de distanciamiento, no solamente del partido respecto a sus militantes, sino de su electorado".
"Es preciso reconocer que más allá de la falta de unidad interna y del desenlace de la cuestionada elección interna, fracasó la línea política y la estrategia electoral impulsada durante la campaña.
"Se careció de una propuesta clara y el discurso del partido no impuso agenda, fue ambiguo y eludió la diferenciación con otros partidos, e incluso la propia campaña en medios, lejos de promover la propuesta partidaria y a los candidatos, se desperdició en promoción personal", refiere el documento.