Silvio Berlusconi dijo hoy haber perdonado a Massimo Tartaglia, el hombre que lo golpeó el pasado 13 de diciembre en Milán, pero exigió que la magistratura no deje pasar el mensaje de que el primer ministro italiano puede ser agredido.
Silvio Berlusconi dijo hoy haber perdonado a Massimo Tartaglia, el hombre que lo golpeó el pasado 13 de diciembre en Milán, pero exigió que la magistratura no deje pasar el mensaje de que el primer ministro italiano puede ser agredido.
Berlusconi realizó sus declaraciones en una conferencia telefónica con la sede del gubernamental Partido del Pueblo de las Libertades (PDL), en Roma, con motivo de la felicitación por Navidad, de acuerdo con medios locales de prensa.
Señaló que el primer ministro perdonó humanamente a Tartaglia, de 42 años y con problemas mentales, y aseguró que no le guarda rencor.
Sin embargo, el político insistió en que la agresión de la que fue objeto y que lo mandó al hospital con la nariz y dos dientes fracturados, no puede ser subestimada.
Según las fuentes, Berlusconi declaró que la magistratura que se encarga de juzgar el hecho no puede dejar pasar el mensaje de que el jefe de gobierno puede ser agredido o, de lo contrario, existe el riesgo de que el gesto se repita.
Por su parte, Alessandro Tartaglia, padre del agresor, agradeció públicamente a Berlusconi por el perdón concedido a su hijo, que se encuentra recluido en la cárcel milanesa de San Vittore en espera de que se determine su situación legal.