Dolor. Mientras el cuerpo sin vida de Miguel Ángel Soto Arenas era sacado de su domicilio, sus hermanas lloraban desconsoladas. EL SIGLO DE TORREÓN
Entraron a la casa de su hermano y lo primero que vieron fue un charco de sangre en la sala. Siguieron un rastro que las llevó a una de las recámaras y ahí encontraron al hombre muerto.
Las dos mujeres salieron gritando de la casa marcada con el número 48 de la calle Heliotropos, ubicada en la colonia de Torreón Jardín. Luego pidieron ayuda a la Cruz Roja. Esperaban que los socorristas les dijeran que su hermano aún seguía con vida, pero no fue así.
Eran las 2:30 de la tarde de ayer, cuando el agente del Ministerio Público de Delitos contra la Vida y la Salud daba fe del deceso de quien respondiera en vida al nombre de Miguel Ángel Soto Arenas, de 46 años. La víctima era biólogo de profesión.
Sus hermanas, desconsoladas, en ratos lloraban y en otros aportaban datos a la investigación que realizaba la Policía Investigadora del Estado. Las mujeres pedían que se castigara a los responsables del homicidio.
Los primeros resultados de las indagatorias arrojaron que Soto Arenas fue golpeado y ahorcado brutalmente. En la sala se encontró un jarrón quebrado. Se cree que el hoy occiso fue agredido con él. También se encontró una cuerda para hacer ejercicio, con la cual, se presume, pudo ser ahorcado.
LE ROBAN LA CAMIONETA
Las autoridades informaron que la camioneta Escape, gris modelo 2003, que pertenecía al hoy occiso no se encontraba en la cochera. Sin embargo, durante las indagatorias en el hogar de la víctima, elementos de la Policía Investigadora reportaron el hallazgo del vehículo abandonado en la colonia Campo Nuevo Zaragoza; la Escape fue asegurada.
Las primeras líneas de investigación que se siguen en torno al homicidio apuntan al robo del vehículo como móvil del crimen. Sin embargo, aún se trabaja en ello.
Los vecinos dijeron no haber escuchado ruidos ni nada fuera de lo común en los días anteriores. Según su versión, el hombre apenas tenía 15 días de vivir ahí, por lo que no lo conocían bien.
El cuerpo de Soto Arenas fue sacado de su hogar a las 3:20 de la tarde. Sus hermanas no pararon de llorar mientras los subían a la carroza. Sus restos fueron llevados al anfiteatro del Hospital Universitario para la práctica de la necropsia de Ley.
