(PSILAC) CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA EL ROL DE MÉDICOS Y MAESTROS EN LA SALUD MENTAL NUESTRA SALUD MENTAL
Sería imposible e imperdonable, cerrar el desarrollo de este tema después de tantas semanas de planteamiento, sin haber abordado la otra mitad del título de nuestra columna, que tiene que ver con el rol que juegan no sólo los maestros en el campo de la salud mental, sino también los médicos, ya sea que se trate de los médicos generales, los familiares, los pediatras e inclusive los especialistas cuando no están tan demasiado especializados en una única área de la Medicina, sino que también tienen el criterio y los conocimientos suficientes en el área de la salud mental. Además de los maestros, ellos son el tipo de profesionistas que se encuentran ubicados estratégicamente en las primeras líneas de batalla y de atención a la población en general, lo cual puede incluir desde los seres en gestación, todavía en el vientre de sus madres, pasando por los recién nacidos, los bebés en general, los infantes, los preescolares, escolares, púberes, adolescentes, así como los adultos de todas las edades desde los más jóvenes hasta quienes han alcanzado la vejez. Los médicos ocupan tales posiciones desde las clínicas en las que realizan sus prácticas de internado o de servicio social, así como en cualquiera de los muy diversos tipos de instituciones públicas que pertenecen a los diferentes estilos de sistemas de servicios para la salud que existen en nuestro país, o lo mismo aquéllos que desde los consultorios privados también forman parte de los equipos médicos nacionales para la asistencia de la salud. La realidad es que todos ellos pueden jugar un rol tan importante como los maestros en lo que sería la detección temprana de trastornos psiquiátricos en los individuos durante las diferentes etapas de su desarrollo, así como de los tan variados conflictos que suelen aparecer dentro de las relaciones maritales o familiares, y que naturalmente también requieren de esa detección temprana para evitar que lleguen a crecer a dimensiones exageradas.
Durante el embarazo, el médico general o el obstetra, llegan a mantener un contacto bastante cercano con las futuras madres y padres a lo largo de todo ese proceso, incluyendo el momento del parto y a veces hasta los primeros meses o inclusive años de vida de la criatura. Junto a ellos, es común que los neonatólogos y los pediatras lleguen a formar equipo, puesto que se trata de profesionistas con el entrenamiento y la experiencia suficiente para reconocer no sólo los síntomas y los problemas médicos que puedan presentar estas criaturas, sino también las repercusiones de tipo psicológico que van a presentarse en aquellos casos de enfermedades graves o a largo plazo, y que van a repercutir tanto en el niño o en la niña que las padece, como en sus padres y en el resto de la familia. Sabemos que existen determinado tipo de padecimientos médicos que se presentan desde muy temprano en el desarrollo, y que se prolongan en forma crónica por largos períodos de tiempo o inclusive durante toda la vida, así como cierto tipo de enfermedades y malformaciones congénitas con características semejantes. Este tipo de problemas médicos van a requerir en la mayoría de los casos no solamente de la atención del médico general o del pediatra, sino también de otros especialistas para tomar las medidas de tratamiento adecuadas durante el tiempo que sea necesario. Pero es importante considerar que a lo largo de este proceso de tratamiento, también se pueden observar y detectar determinado tipo de síntomas o de reacciones psicológicas de ansiedad o de tipo depresivo, ya sea en el paciente como en sus familiares, que van a requerir a su vez de la asesoría y de la ayuda del orden psicológico o inclusive psiquiátrico (en aquellos casos de complicaciones más serias). Cuando los médicos sean generales, pediatras u otros especialistas cuentan con la formación suficiente en los aspectos importantes de la salud mental, así como con la experiencia y cierto estilo de criterio y pensamiento orientado psicológicamente, ellos serán capaces de observar y de reconocer precisamente este tipo de síntomas o de reacciones mencionadas, de manera que en tantos casos, ellos mismos pueden tomar las medidas necesarias y dar la información y orientación adecuada a la familia de la criatura durante su seguimiento, pero igualmente pueden buscar la asesoría y el apoyo de algún psicólogo en ciertos casos que así lo requieran, para integrarse así en ese importante equipo de salud mental tan necesario para la prevención y el tratamiento de problemas psicológicos y trastornos psiquiátricos que se presentan en las etapas tempranas del desarrollo. (Continuará).