Atacan edificios de Súchil con granadas
Un policía resulta herido; empleados y funcionarios no van a trabajar por temor a un nuevo ataque.
La psicosis y temor se apoderan de las familias de Súchil, porque sujetos fuertemente armados ametrallaron el edificio de la Presidencia Municipal y atacaron con granadas y bazucas la Dirección de Seguridad Pública, lesionando al policía de guardia.
Los funcionarios municipales y empleados no se presentaron a trabajar ante el temor de que los sicarios regresaran y ocurriera una masacre.
Sicario. A las 4:15 de la madrugada, cuando los policías municipales se encontraban prestos a salir de turno de trabajo, al menos diez camionetas de lujo, color negro y azul, arribaron a la avenida del Trabajo s/n, en pleno Centro de la ciudad, para irrumpir el silencio con metralla y explosivos.
La intranquilidad invadió a los habitantes de la cabecera municipal, ante la presencia de las camionetas con vidrios polarizados, de las cuales descendieron al menos una veintena de sujetos fuertemente armados con metralletas AK-47 o “cuerno de chivo”.
Amedrentamiento. Una noche antes, los vecinos vieron merodeando las camionetas alrededor de las 20:00 horas, pero no les dieron mucha importancia. Justo a las 4:00 horas arremetieron contra el edificio de la Presidencia Municipal.
Al menos 100 impactos de bala que forman grandes agujeros se observan en las paredes exteriores e interiores, y puertas y ventanas de vidrios quedaron destrozadas como advertencia.
Destrozos. Luego de cometer su fechoría contra la Presidencia Municipal, los sujetos vestidos de negro dieron vuelta a la calle y se dirigieron al edificio de Seguridad Pública ubicado en la calle Independencia, inmueble que alberga además las oficinas de la Agencia del Ministerio Público, Tránsito y Recaudación de Rentas, donde sicarios dispararon ráfagas de metralleta y lanzaron la primera granada.
El explosivo causó daños en el antiguo local, flameó la puerta y paredes principales; otra estalló en el interior de una patrulla recién adquirida y la otra la aventaron contra el auto particular de un agente policial; además, remataron con dos disparos de bazuca.
Pánico. Las unidades se consumieron entre llamas por varias horas y al final quedaron totalmente carbonizadas; nadie intentó apagarlas, pues eran momentos de terror, además de carecer de equipo de bomberos en toda la región. En tanto en el edificio de Seguridad Pública siete elementos eran presa del pánico y luchaban por salvar sus vidas del sorpresivo ataque.
Los agentes lograron brincar la barda trasera y se refugiaron donde estaban los calabozos. Sólo Francisco Gutiérrez Gambino resultó herido por los fragmentos de la granada en un glúteo hasta el pie. Los demás se encuentran a salvo.
Retirada. Como pudieron los policías huyeron del lugar y dieron aviso a sus superiores y al presidente municipal, Francisco Mora Hernández.
Más tarde arribaron al lugar alrededor de 50 efectivos de la Policía Federal y dos contingentes del Ejército y una patrulla de la Dirección Estatal de Investigación (DEI). En la Presidencia Municipal se encontraba el velador Jesús Carvajal, quien salió ileso de cuando menos 200 disparos a la fachada, ventanas y puertas.
Detrás de la Presidencia Municipal se encontró una camioneta Grand Cherokee con placas de Texas B65-VSN con tres impactos de bala en los vidrios.
Las esposas de los policías lloraban afuera de la Comandancia en tanto elementos federales las interrogaban. Varios funcionarios municipales estaban conmocionados e indicaron que hay temor de entrar a la Presidencia. Señalan que ya habían recibido amenazas telefónicas días antes.
Municipio rezagado
Súchil es un municipio de los más rezagados del estado de Durango, sin más fuentes de empleo que el Ayuntamiento y dos supermercados, así como las escuelas. Dos mil habitantes viven de la agricultura y la ganadería; la pobreza se refleja en las fachadas de las casas y un comercio con ventas bajas.
Hasta el momento se desconoce el motivo que tuvieron los integrantes del crimen organizado para atacar y dañar los edificios públicos; algunos funcionarios consideran que el objetivo es sembrar el terror en la región.