Reunión. Barack Obama, habla junto al mandatario de Pakistán, Asif Ali Zardari (d) y su homólogo de Afganistán, Hamid Karzai.
MINGORA, PAKISTÁN.- Helicópteros artillados y baterías de morteros atacaron bastiones de los milicianos y mataron a decenas de ellos cerca de un complejo de minas de esmeraldas, dijeron los militares, mientras refuerzos del Talibán salían de sus reductos montañosos para ocupar viviendas y edificios del Gobierno.
El Ejército llevó su ofensiva a los milicianos atrincherados en el Valle de Suat y en Buner, a 100 kilómetros de la capital, en momentos en que el presidente paquistaní Asif Ali Zardari se aprestaba a oír en Washington las demandas de su colega Barack Obama de que intensifique su presión contra los insurgentes.
Los militares dijeron que la ofensiva de ayer mató a unos 35 milicianos emplazados cerca de las minas de esmeralda en el Valle de Suat y 27 en la vecina Buner, donde el Ejército ha contenido un avance talibán hacia la capital Islamabad.
El Talibán mató a dos soldados con una bomba a la vera de un camino y otros dos en un ataque a una planta de energía eléctrica cerca de Mingora, dijo una declaración militar.
Las nuevas acciones presumiblemente complacerán a Estados Unidos, que está exhortando a Pakistán para que reprima a los miliciano, a los que se atribuye una creciente violencia en este país y en Afganistán.
Desde que estalló la lucha el martes, millares de hombres, mujeres y niños han huido de Mingora, la principal ciudad del Valle de Suat y los distritos circundantes por temor a una operación militar. El Gobierno dijo que los refugiados podrían ascender a medio millón.
"Es una guerra sin cuartel. Los cohetes caen en todos lados", dijo Laiq Zada, de 33 años, quien huyó del valle el martes por la noche para llegar en un campamento de carpas instalados por el Gobierno fuera de la zona de peligro.
"Trajimos solamente la ropa que teníamos puesta y la esperanza en la casa de Dios, nada más", agregó.
El enfrentamiento se produce después que se cortó una tregua de tres meses en Suat que fue censurada en Occidente como una rendición ante los milicianos.
No es seguro que el pueblo paquistaní acepte una batalla prolongada. La tregua dio tiempo a los milicianos para descansar y reforzar sus posiciones y toda operación militar requeriría una lucha intensa en zonas urbanas con el peligro de bajas civiles significativas y daños a la propiedad.
Se calcula que el Talibán tiene unos 7,000 combatientes en el Swat, frente a los 15,000 soldados que hasta hace poco estaban confinados en sus cuarteles en virtud del acuerdo de paz.