Un camión cisterna cargado con explosivos estalló el lunes junto a un puesto de la policía iraquí, matando a por lo menos siete personas en un ataque suicida en un antiguo bastión rebelde al oeste de Bagdad.
Los testigos dijeron que el camión estalló en llamas cerca de la entrada del puesto, incendiando autos y camiones en el lugar.
"Es como si hubiera ocurrido un terremoto ... por la explosión", dijo un policía. Añadió que la explosión lanzó automóviles al aire y volteó camiones.
El ataque en las afueras de Ramadi mostró que las fuerzas iraquíes de seguridad siguen siendo vulnerables y que ahora son el principal blanco de los insurgentes, pese a medidas adicionales de seguridad impuestas luego de devastadores ataques explosivos en agosto que mataron a unas 100 personas en Bagdad.
Dos meses antes, los soldados estadounidenses se retiraron de las ciudades iraquíes como parte de una salida gradual del país.
El ataque suicida ocurrió al mediodía en un puesto policial en el desierto al norte de Ramadi, unos 115 kilómetros al oeste de Bagdad, dijo un funcionario de la policía. Por lo menos 16 personas resultaron heridas en la explosión, dijo el funcionario.
En otro ataque, por lo menos tres soldados iraquíes murieron al estallar una bomba al paso de su patrulla por el barrio suní de Ghazaliyah, en el occidente de Bagdad, dijo otro policía. Quince personas, entre ellas 11 civiles, resultaron heridas, dijo.
Ambos policías hablaron a condición de anonimato por no estar autorizados a revelar la información.
Las noticias se produjeron en momentos en que las fuerzas estadounidenses dejaron en libertad a otros 35 miembros de un grupo extremista vinculado con el secuestro de cinco ciudadanos británicos del Ministerio de Finanzas de Irak en 2007.
La excarcelación significa que casi 100 miembros de Asaib Ahl al-Haq (Liga de los rectos) han quedado en libertad desde la semana pasada.