Entretenido fue el partido disputado por Atlas y Pumas. (Jam Media)
Guadalajara, jal.- Y el 0-1 volvió a ser el marcador que despedazó los sueños de los Pumas, al estrenar oficialmente su título, al menos en la historia de los certámenes a una vuelta.
Porque los universitarios confirmaron que los resultados negativos de la pretemporada no fueron casualidad. Los felinos aún están muy lejos del nivel futbolístico y físico que presumieron hace casi dos meses, cuando dieron la vuelta olímpica en el Hidalgo.
Noche de secuelas de la sexta estrella. Los Rojinegros se formaron a un lado del túnel que conduce al vestuario visitante en el Jalisco. Pumas fue ovacionado en cuanto pisó el césped... Y no sólo por los jugadores atlistas. Los seguidores de La Furia se unieron a la pleitesía hacia el campeón.
Aunque la cortesía se terminó con el silbatazo inicial del árbitro Mauricio Morales. El Atlas inició el Apertura 2009 en los últimos lugares de la tabla porcentual, así que el margen de error es mínimo.
Ayer por la noche todos sus integrantes mostraron estar perfectamente conscientes de la situación.
Le quitaron la pelota a un equipo que basa su éxito en tenerla durante gran parte de los encuentros. Más allá de las ausencias de los seleccionados Israel Castro, Efraín Juárez y Pablo Barrera, los auriazules fueron superados por el vértigo de un rival que comenzó a preparar el torneo, un mes antes que ellos.
Eso explica el sufrimiento de Efraín Velarde y Fernando Espinosa para contener los ataques tapatíos, encabezados por Daniel Osorno y Édgar Pacheco.
El Danny se robó la velada. Tuvo un reencuentro perfecto con sus orígenes. Fue sentidamente ovacionado, cuando el sonido local mencionó su nombre en la alineación rojinegra y puso el servicio para la anotación que marcó la diferencia (45').
El Jalisco no se llenó, pero qué importó. La magia que La Volpe siempre ha tenido con la tribuna rojinegra se consolidó aún más con los regresos de Osorno y Mario Méndez a la cancha. Miguel Zepeda se quedó en la banca.