Gran expectativa. La obra escrita por el dramaturgo argentino en 1940, fue adaptada por Héctor Bonilla bajo un tono serio y con tintes humanistas que invitan al público a la reflexión.
Los Lobos, son cinco políticos corruptos que tras cometer un millonario robo al erario público, se reúnen para planear cómo salir de la situación sin importar sobre quién tengan que pasar.
Este trama, cuyo parecido con la realidad es pura coincidencia, logró conjuntar en escena a cinco grandes actores, Roberto D'Amico, Rafael Sánchez Navarro, Pedro Armendáriz, Jesús Ochoa y Víctor Trujillo, quien regresa a los escenarios después de 17 años de ausencia.
La puesta en escena, bajo la dirección de Héctor Bonilla, llega al Nazas este martes 17 de febrero en dos funciones, de 7:00 y 9:30 de la noche. Los Lobos, es la versión mexicana de una obra que seguramente no le va a gustar a muchas personas, dijo el director de teatro, quien además fue el encargado de llevar a cabo la adaptación del guión para este montaje.
Para Rafael Sánchez Navarro, quien interpreta a uno de los lobos (politico) en la obra, uno de los aciertos del montaje es precisamente que trata con mucho cuidado el tema político, pero también con mucha inteligencia el lado humano de estos cinco personajes. El actor que ha vivido durante varios periodos de su vida en La Laguna agregó que el reto es doble, ya que le da vida a un personaje un tanto transparente y que aún cree en la honestidad.
Para Víctor Trujillo quien interpreta a fulanito de tal, después de 17 años le es concedida la gracia y el honor de regresar al principio de una carrera, muy bien pertrechado, con una obra estupenda, casual y con un elenco que envidiaría cualquiera para regresar o para empezar.
→ Como actor y periodista qué es más fácil, ¿hablar de política de manera seria o de manera cómica?
Muy buena pregunta -risas- a mí de pronto me dicen: 'oiga cuándo va a regresar el Mañanero, por ejemplo, y uno a lo mejor sabe que la época en la que fue importante andar arando con el Mañanero, ya sucedió, porque fue su momento y es hora para otra cosa; y esas preguntas de alguna manera salen contestadas cuando te dicen de esta obra. Una canasta en la que se me pusieron todos los ingredientes con los que he estado trabajando los últimos 20 años.
→ Esta obra confirma que en todo el continente sufrimos de lo mismo?
Sí pues es un lugar común en muchas banderas; el tema que toca Agustoni en 1940 es en específico sobre un caso, pero acá Bonilla aprovecha muy bien todas esas coincidencias del "modus operandi" y con dos o tres pinceladas le queda una foto fiel de nuestra actualidad.
→ ¿A qué se debe el éxito de la obra, al elenco o al tema?
Fíjate que aquí como en muy pocas ocasiones, es un proyecto en el que coinciden las dos cosas; la obra de entrada está muy bien escrita, pareciera como si hubiese escrito hoy en la mañana y por otra parte el elenco es un grupo de excelentes compañeros que no se junta todos los días, menos bajo la dirección de un grande como Bonilla.
→ ¿Es mejor hacer que el ciudadano se ría de su cruda realidad?
El ejercicio este como catártico que se ha hecho a lo largo del tiempo en mi proyecto personal y de trabajo, de estar acercando a nuestra conciencia al espejo, es confirmar una serie de vicios, que hemos ido arrastrando en el país y donde finalmente de una manera teatral, se denota para todos el gran divorcio que hay entre una clase política que desde hace mucho tiempo ha estado trabajando para sí y una ciudadanía que no se encuentra representada y se encuentra en el clan protagónico que en este caso impone la democracia.
Un elenco de primera
Grandes actores fueron llamados por Héctor Bonilla.
⇒ Víctor Trujillo interpreta a un diputado panista.
⇒ Roberto D'Amico da vida al Subsecretario de Estado fiel al presidente.
⇒ Rafael Sánchez Navarro encarna al senador perredista Alfredo Torres.
⇒ Pedro Armendáriz interpreta al diputado priísta.
⇒ Jesús Ochoa dio vida a un destacado militar.