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Aumenta la corrupción de agentes fronterizos

Inspección. Funcionarios de Estados Unidos buscan coches antes del cruce de la frontera en México de EU en el puerto de entrada San Isidro en San Diego. La droga y traficantes de México mueven su comercio a través de la frontera estadounidense directamente por los agentes locales y federales, ofreciendo dinero y sexo para obtener protección.

Inspección. Funcionarios de Estados Unidos buscan coches antes del cruce de la frontera en México de EU en el puerto de entrada San Isidro en San Diego. La droga y traficantes de México mueven su comercio a través de la frontera estadounidense directamente por los agentes locales y federales, ofreciendo dinero y sexo para obtener protección.

AP

Revela investigación que contrabandistas de drogas y demás gente usan el dinero y sexo para recibir protección.

 TEXAS, EU.- Una investigación encontró que los agentes federales estadounidenses que laboran en la frontera enfrentan cargos penales por corrupción en una proporción nunca vista, a medida que los contrabandistas de drogas y otras personas utilizan dinero e incluso sexo para recibir protección.

La corrupción en la frontera entre Estados Unidos y México adopta muchas formas. Puede comenzar simplemente como un obsequio de 50 dólares por parte de un contrabandista al hijo de un agente federal reacio y aumentar hasta los sobornos inequívocos.

"Todos hacen esto", dijo un agente que se encuentra ahora en prisión.

Otras veces, los alguaciles del condado cobran ambiciosamente miles de dólares a los narcotraficantes. En algunos casos, los contrabandistas colocan incluso a miembros de sus bandas entre los candidatos a ocupar puestos clave de protección fronteriza.

La investigación de The Associated Press ha encontrado que el aumento en el número de agentes federales que encaran cargos por corrupción reflejaría también un reforzamiento de operaciones por parte de los investigadores de casos de corrupción.

Mediante solicitudes basadas en la Ley de Libertad de Información, entrevistas con agentes sentenciados y una revisión de los expedientes judiciales, se registró los fallos de culpabilidad relacionados con corrupción y dictados a más de 80 funcionarios de todos los niveles -federal, estatal y local- desde 2007, poco después que el presidente mexicano Felipe Calderón declaró la guerra a los cárteles que envían cada año hasta 39,000 millones de dólares en drogas a Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses han señalado durante mucho tiempo la corrupción en la Policía y en el sistema judicial mexicano, pero Calderón dijo que éste no es sólo un problema de México.

De hecho, los fiscales han tomado nota sobre la exigencia de reciprocidad hecha por Calderón. Los narcotraficantes buscan "debilidades en este blindaje", dijo la ex fiscal Yolanda de León, en el condado de Cameron, Texas.

Uno de esos puntos débiles fue su propio alguacil del condado, Conrado Cantú. Con su abundante bigote, su barriga prominente y su sombrero texano, Cantú era una de las figuras más amigables en la estructura de funcionarios del condado de Cameron, en Texas, que tiene 335,000 habitantes.

En el condado se encuentra la ciudad de Brownsville, fronteriza con Matamoros, México.

En un tiempo muy breve, Cantú pasó de juez de paz a alguacil, un empleo para el que, según reconoció después, no estaba capacitado. En 2005, se declaró culpable de cargos federales de operar una organización delictiva involucrada en extorsión, narcotráfico y soborno. Cumple una condena de 24 años de prisión por obtener dinero de narcotraficantes y organizadores de apuestas ilegales.

"Si surgía una oportunidad, él la aprovechaba", dijo De León.

No todos los cargos de corrupción detectados por la revisión se relacionaron con el narcotráfico.

Los casos investigados involucran a agentes que ayudan a introducir inmigrantes, drogas o contrabando a Estados Unidos, aceptando dinero o incluso favores sexuales a cambio, o simplemente permitiendo la entrada a alguien cuyos documentos no están completos, todo como parte del tráfico diario en la frontera que ha derivado en exigencias de una mayor seguridad por parte de varios políticos.

Los expedientes de los tribunales muestran que los funcionarios corruptos a lo largo de la frontera de 3,380 kilómetros entre Estados Unidos de América y México incluyen a policías locales y alguaciles electos, así como funcionarios de agencias del Departamento de Seguridad Interna, como la oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés), o la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que incluye a la Patrulla Fronteriza.

Algunos han sido también efectivos de la Guardia Nacional de Estados Unidos, a quienes se pidió ayuda temporalmente mientras la Patrulla Fronteriza estaba siendo reforzada.

Calderón envió a miles de soldados al Norte de México para detener la violencia de los cárteles y sanear los departamentos policiales. La CBP, la mayor agencia de vigilancia en Estados Unidos, también aumentó su número de miembros en la frontera, en 44%, o 6,907 agentes adicionales.

Simultáneamente, esa dependencia vio aumentar casi al triple el número de casos relacionados con corrupción imputados a sus agentes, de ocho en el año fiscal 2007 a 21 en el año siguiente. Las investigaciones continuaban.

"Cada día, alguien se acerca a un miembro de nuestra agencia, quien responde que no a su proposición, pero operamos en un ambiente de alto riesgo", dijo James Tomsheck, subjefe de asuntos internos de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. "La realidad es que estamos sumamente preocupados".

En los últimos 10 meses, 20 agentes, tan sólo de la CBP, han sido acusados de delitos relacionados con corrupción. A ese ritmo, la organización impondrá un nuevo récord de corrupción interna. Noventa empleados han sido acusados de esos actos desde octubre de 2004.

Los funcionarios de la agencia pronostican que esos casos seguirán ascendiendo. Hay 63 investigaciones penales abiertas, incluyendo casos de corrupción, enfocadas en empleados de la CBP.

Algo igual de preocupante son los casos de aspirantes a ser agentes que nunca tuvieron la oportunidad de cometer sus ilícitos: Cuatro solicitantes de empleo en las autoridades federales fronterizas no fueron contratados cuando las pruebas de polígrafo y la revisión de sus antecedentes confirmaron que eran enviados de los narcotraficantes con la misión de infiltrarse en las dependencias, según las autoridades.

Esas revisiones a profundidad se realizan sólo al 10% de los solicitantes de empleo como agentes en la frontera, aunque un escrutinio semejante será obligatorio para todos, de acuerdo con Tomsheck.

Entretanto, los funcionarios se preguntan: ¿Hay otros delincuentes que trabajan encubiertos dentro de las agencias que tienen a su cargo la protección de la frontera estadounidense?

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