La zona de Tabasco a la frontera Norte de Tamaulipas se ha convertido en los últimos años en una ruta de alto riesgo para los indocumentados.
Los casos de secuestros, asaltos, agresiones y abusos a migrantes, principalmente centroamericanos, por parte del crimen organizado, se han incrementado en esta región en medio de la apatía y corrupción de las autoridades, sostiene la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Iglesia Católica.
El Informe Especial sobre los Casos de Secuestros en contra de Migrantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, presentado el 15 de junio, indica que de 10 mil indocumentados plagiados en seis meses, el 55 por ciento de los casos se cometió en Veracruz y Tabasco.
En algunos casos se documenta que los centroamericanos fueron trasladados a casas de seguridad o bodegas ubicadas en Reynosa, Tamaulipas, desde donde los captores exigían a los familiares el pago por su liberación.
El quinto visitador general del organismo, Mauricio Farah, no descarta que grupos armados del crimen organizado estén involucrados en los secuestros, pues la CNDH ha documentado que estos grupos delictivos están frecuentemente involucrado en la comisión de este delito en el corredor Tabasco-Tamaulipas.
En lo que va del año, el Ejército ha liberado a más de 550 indocumentados, la mayoría centroamericanos, retenidos por el crimen organizado en al menos cinco casas de seguridad, cuatro en Reynosa y una en Río Bravo, Tamaulipas.