Aumentan pruebas de paternidad

Maridos que dudan de su paternidad recurren a la huella genética.

La prueba de ADN se ha convertido en un arma muy poderosa usada por las autoridades encargadas de combatir al crimen organizado para identificar a delincuentes que han cambiado su rostro o cadáveres, pero que en la vida cotidiana es empleada, de manera privada, por maridos celosos que desconfían de sus parejas en su paternidad.

Incluso, en los últimos años, la solicitud para realizar pruebas de paternidad se ha incrementado 500% en México, de acuerdo con los especialistas en emplear la tecnología de ADN (Ácido Desoxirribonucleico).

Gracias a la prueba de ADN en los últimos días fue posible conocer la identidad del presunto narcotraficante colombiano, Ever Villafañe, a pesar de que se había cortado las huellas dactilares; identificar el cadáver de la hija de Nelson Vargas, Silvia, quien fuera asesinada por sus secuestradores; y hasta tener la certeza de que el comediante Xavier López Chabelo tenía una hija que no había reconocido legalmente.

Pero si bien la prueba sirve para identificar a delincuentes y cadáveres, en nuestro país normalmente se utiliza para confirmar la paternidad de un menor.

Jaime Berumen Campos, uno de los médicos pioneros en realizar este tipo de pruebas que permiten identificar a una persona gracias a la lectura de la huella genética que caracteriza a cada ser humano y que hace que todos seamos únicos en el mundo, explica que, debido a que no hay una regulación en torno a este punto, muchos padres acuden a laboratorios privados con sus hijos a hacerles la prueba de paternidad, aun sin que sus madres den su consentimiento.

Aunque también acuden a realizar la prueba llevando tan sólo una muestra de saliva, de cabello o hasta de una uña de los menores.

Hasta el momento no existen datos oficiales del número de pruebas de ADN que se realizan para confirmar la paternidad de un menor en el sector privado. Pero, por su experiencia de más de 25 años en estos casos, asegura que muchas veces se confirma que lo que motivó la prueba fueron los celos infundados o la inseguridad de los hombres. Se trata de un punto en el que también coincide el médico Miguel Ángel Ramírez, coordinador del Laboratorio de Huella Génica, y perito para investigaciones de ADN.

Ramírez asegura que de cada 100 hombres que realizan una prueba de paternidad, sólo cinco comprueban que no son los padres de los menores. El resto, los otros 95, se dan cuenta de que lo que motivaron sus dudas fueron celos infundados. Porque, muchas veces, los hombres acuden a realizar las pruebas de paternidad a pesar de que sus hijos son sus vivos retratos. Las mujeres, coinciden ambos médicos, sólo piden que se realice la prueba de ADN cuando promovieron alguna demanda para obtener una pensión alimenticia o para cubrir los gastos de sus hijos.

Hasta hace unos años, recuerda Berumen, responsable del área de Medicina Genómica del Hospital General de México, el ADN no era tomado en cuenta por los jueces, pero gracias a un criterio que emitió la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dicha prueba se ha vuelto clave en los juicios.

“La prueba de ADN es un arma poderosa”, afirma Jaime Berumen, quien comenzó a desarrollar esta tecnología cuando se encontraba en el Ejército Mexicano en 1992. Él es egresado de la Escuela Médico Militar y tiene un doctorado en la UNAM. A tal grado es la certeza de esta prueba, que muchos juicios terminan en “arreglos” entre el demandante y la demandada, ya que prefieren evitarla, pues los resultados de la misma son irrefutables para el juez.

Desde 1985, en el mundo se utiliza la tecnología de ADN para identificar cadáveres, criminales que han modificado su fenotipo con cirugía plástica, individuos involucrados en delitos de violación, crímenes y asaltos, así como en casos de disputa y paternidad.

Es una tecnología que comienza a utilizarse cotidianamente en los laboratorios de ADN, aunque en México sólo existen diez. De éstos, sólo dos realizan todos sus procedimientos en sus laboratorios, mientras que el resto envía las muestras para ser analizadas en EU, Europa o Sudamérica. Sus costos varían entre los 7 y los 8 mil pesos; y el tiempo de entrega es de tres a diez días.

Para Jaime Berumen, el ADN será la panacea que llegará a decirle a una persona, “tú estas propenso a estas enfermedades y, por lo tanto, debes tener cuidado”. De lado criminalístico, agregó, con sólo una muestra de saliva o sangre se podrá identificar a la persona hasta con su rostro.