La empresa Miguel Caballero fabrica prendas blindadas para hombre o mujer en niveles bajo, medio y alto, con precios desde los 350 a los 4 mil 500 dólares.
La seguridad es un negocio para Miguel Caballero en México donde tan sólo en el último año registró un aumento de 20% en sus ventas, y proyecta producir en el país parte de sus prendas que a nivel mundial se han caracterizado por ser ropa de vestir blindada, lo mismo para VIPs que para el ciudadano común que las requieren ante el incremento de la delincuencia.
“Esa cultura de la prevención empieza a darse también con las prendas, hay quien realmente tú dices no son glamorosos, no son del jet set, no son los grandes políticos expuestos a los medios todos los días, son la gente normal, la gente común que va por la calle y trabaja y tiene algún nivel de exposición, o tiene algún nivel de riesgo, y dice mejor blindarme por una cuestión de precaución”, explicó sobre el caso de México, Javier Di Carlo, director de Mercadotecnia de la empresa Miguel Caballero.
Con 16 años en el mercado de ropa blindada la empresa colombiana “Miguel Caballero” nombre de su fundador, tiene entre sus clientes al juez Baltazar Garzón, al presidente Álvaro Uribe, a los príncipes de Asturias, artistas del medio del espectáculo, empresarios de diferentes niveles y también en México médicos, cobradores y ciudadanos comunes expuestos a la delincuencia urbana, refirió en entrevista Di Carlo.
Con prendas blindadas para hombre o mujer en niveles bajo, medio y alto, con precios desde los 350 a los 4 mil 500 dólares, “Miguel Caballero” maneja cuatro líneas de ropa: la “Silver” desarrollada específicamente para empresas de transporte de valores y de seguridad siendo chalecos de uso interior y exterior.
La línea “Classic” integrada por chalecos de uso interior y exterior para fuerzas policiales y militares, así como las “Gold” y “Black” que son líneas de prendas a la medida que están diseñadas según el gusto y actividades de la gente, detalló Di Carlo.
Cada nivel de blindaje se relaciona con el tipo de calibre que pueden detener las prendas todas flexibles, livianas y lavables, por lo que “low protection” o bajo corresponde a las 9mm y 38 mm, mientras que las de “médium protection” o medio son las 9 mm y 38, asi como mini uzi o subametralladoras; y en “High Protection” o alto, las anteriores más las Magnum 44.
“Nosotros no tenemos prendas blindadas que paren balas de AK47, de R15 para eso se requiere de un chaleco de uso exterior o interior, con una placa de nivel superior”, mencionó Di Carlo.
Sin embargo, comentó que la empresa ha desarrollado ropa especial por pedido como fue el caso de una sotana blindada con su respectiva Biblia blindada y para personajes públicos acepta realizar diseños especiales.
En caso de no ser funcionarios quienes le requieran pedidos de trajes especiales la empresa realiza una investigación para verificar en listas nacionales e internacionales que no se trate de algún miembro del crimen organizado, señaló.
Ropa fabricada por la empresa le fue confiscada a Osiel Cárdenas durante su captura, el 14 de marzo del 2003, misma que forma parte del “Museo del Enervante” en la Secretaría de la Defensa, pero Di Carlo asegura que la compañía nunca la vendió a él u otro miembro del crimen organizado, porque cuentan con un mecanismo de rastreo y registro de cada pieza incluyendo la tela con la que se fabrica.