Automedicación, muy mala compañera
Es verdaderamente difícil que alguien no haya recurrido a la automedicación para atajar los efectos de una gripe, combatir algún dolor muscular o uno de muelas. Se trata de uno de los hábitos riesgosos en el terreno de la salud, ya que en la mayoría de los casos no se ataca el problema de fondo y se puede caer en situaciones de peligro.
En estos días en que nadie sabe si el frío invernal cede ante la proximidad de la primavera, los cambios bruscos de temperatura son un factor de riegos y disparo de las enfermedades del tracto respiratorio, como la gripa y tos.
Alerta importante
De acuerdo con especialistas del Hospital Infantil de México, la población debe comenzar a atenderse adecuadamente y evitar la automedicación, por ello recomiendan acudir al médico ante cualquier molestia que se presente, pues el uso inadecuado de antibióticos ha generado deficiencias en su efectividad.
Con este llamado "estamos tratando de crear conciencia acerca de un adecuado uso de antibióticos ante la presencia de enfermedades respiratorias, pues la automedicación ha propiciado que algunas bacterias se hagan resistentes a ellos", el infectólogo pediatra José de Jesús Coria Lorenzo.
La tarea es complicada y requiere esfuerzos de diversos actores, por ello es que la acción médica forma parte del plan que Bristol Myers Squibb impulsa para fomentar la educación acerca de la utilidad real y actual de los diferentes antimicrobianos, promover su uso racional, así como reflexionar sobre el futuro de los mismos.
Víctor Martel, gerente médico del laboratorio, comenta que es importante informar a la gente y a la comunidad médica de la realidad en el uso de antibióticos para evitar la resistencia y, en consecuencia, la poca efectividad de estos fármacos.
Responsabilidad compartida
Los principales "abusos" de antibióticos en la práctica clínica se dan con una prescripción no necesaria, cuando se fomenta la automedicación y el tratamiento de infecciones virales y no bacterianas.
Pero también ocurren debido a un una prescripción inadecuada por desconocimiento de la epidemiología de la infección, selección de antibióticos y tratamientos profilácticos inadecuados, así como el desconocimiento de las indicaciones de pruebas de susceptibilidad antimicrobiana, dicen los expertos.
Con el fin de impedir este tipo de prácticas, el laboratorio implanta programas de control de uso de antibióticos, educación universitaria médica continua, campañas de difusión en conjunto con la Industria farmacéutica, así como la promoción médica.
Estos esfuerzos buscan la permanencia y efectividad de los antibióticos, para lo cual es necesario incrementar la educación y prevención de enfermedades infecciosas, así como incentivar la realización de una buena vigilancia epidemiológica, ya que la prevalencia de patógenos con cierta resistencia puede variar con el tiempo, el lugar, la población, la unidad hospitalaria y el período de hospitalización.
Nadie está a salvo de malas reacciones por la automedicación, por ello lo mejor es consultar al médico y seguir al pie de la letras sus recetas.